Edmundo Rojas Riquelme, le terminó a su novia Lucrecia porque tenía mala ortografía. El último mensaje que esta le escribió decía:
-Mi amor, ya voy llendo aberte.
Edmundo, la esperó a que llegara y después le dijo:
Lo nuestro no va más.
Lucrecia de inmediato le respondió:
-Se puede saber porqué?
Este le contestó:
Porque tú ortografía me produce asco.
Lucrecia, ante la respuesta de Edmundo, no se descompuso. De inmediato le dijo:
-Un inútil como vos no me sirve, no te levantas ni para el almuerzo.
En eso tenía razón Lucrecia, pues Edmundo se la pasaba poniendo puntos, comas, comillas, signos de admiración y de interrogación, a cuentos que no eran de él. Lo peor es que lo hacía gratis en una comunidad llamada planeta azul.
Cuando él escribía sus cuentos era un desastre, no lograba sensibilizar, sino a la bruja del 71. Lucrecia tomó aire y luego le dijo:
-Por mí, vete a la mierda!
Edmundo no esperaba esa respuesta, se descompuso y se puso pálido.
Enseguida le respondió:
-Eso queda muy lejos.
Ella le respondió:
-Te daré el pasaje de ida nomás.
Él le contestó:
-Pero si me da por volver qué hago?
Lucrecia le respondió:
Te vienes caminando.
Él le dijo:
-Eso está lejísimos.
Ella se despidió pronto y se fue a trabajar. En el mundo de los negocios era conocida como la Reina de los comerciantes. Todos la conocían y hacían fácilmente negocios con ella.
Edmundo abordó el tren y después de tres días llegó a la mierrda. Vivir allí era muy difícil, sobre todo él que no sabía sino poner puntos y comas. Al cuarto día emprendió a pie el camino de regreso. Al tercer día de camino murió de insolación. Lucrecia ni siquiera lo extrañó. Y lo más importante, ahorró el dinero de los funerales, pues los buitres lo devoraron.

Pedro Moreno Mora