tu poema logró llegar a ser caricia en mí (otra vez)
y realmente estoy detrás de un gran océano,
uno que tiene miles de palabras hundidas y esperando, esperando, esperando......
un océano que convive con deseos,
desesperanzas, utopías, llantos.
Uno que marca las distancias,
que no desemboca en ningún lado,
peléando sus mareas una contra la otra,
porque está en el medio,
como a propósito,
porque las distancias
son las que causan
nuestros deseos más utópicos
y al mismo tiempo,
nuestros llantos,
son los que siguen llenando
ese gran charco de sueños
color cielo,
que continúa esperando, esperando, esperando.... |