estaba descansando cuando escuché la voz de mi mamá... la busqué, pero no estaba en ningún lado... quizás estoy delirando, por supuesto... subí al tercer piso de casa y vi las plantas sin agua... me puse a regarlas lentamente... eran tan hermosas... si, son bellas, dijo mamá... me di la vuelta y allí estaba... mirándome como siempre... es decir con firmeza y seriedad... cogió la escoba y se puso a barrer todo el tercer piso... la ayudé y ella me pidió que trapera todo luego de barrer... anda a tu cuarto y arregla tus cosas, me dijo... eso hice y luego, subí a ayudar a mamá... pero, no había nadie... sin embargo todo estaba barrido... cogí el trapeador y empecé a trapearlo... casi estaba terminando cuando vi en un rincón un corazón rojo... lo cogí y era una pequeña vela en forma de corazón de color rojo... ya anochecía... cogí un fosforo y encendí la vela y me puse a contemplarla durante horas... la vela estaba por apagarse cuando escuché a mamá... acuéstate y descansa que mañana tienes que laborar... obedecí y antes de entrar a mi cuarto miré al cielo... había muchas velas y todas brillaban como mi vela corazón rojo...
la vida tenía mucho amor para mí... la inmortalidad del amor existe... y la luz de los dioses brillan constantemente si uno se acerca a su propia luz... cerré los ojos y vi la vela roja que mamá me la entregaba y era tan hermosa como su sonrisa...