El Invierno se acerca y me acurruco entre estas palabras que ni por asomo se aproximan a lo que me late en el bocho cada vez que no estás. Te fuiste, hace unas horas, pero aún siento esta electricidad en la punta de mis dedos que en última instancia te iran a buscar, otro día, para convertirse en caricia.
¿Acaso vos también podes percibir ese pulso violáceo que emana de mi pecho cada vez que nos abrazamos? O será un simple error de la Matrix y yo me comí el re viaje, de ida y vuelta por toda la Galaxia.
Sea como sea, de algo estoy completamente segura: esto que siento por vos, poco y nada tiene que ver con la Ciencia Ficción ni los efectos especiales...más bien se parece a volver de ese viaje largo (el interplanetario que te dije antes) para llegar a casa y encontrarme con el calefactor prendido y un guiso de lentejas calentito.
Que se venga el invierno nomás.