¿quién soy?...
bueno... no soy mi nombre ni lo que hago... más bien, eso es consecuencia de mi estadía en el mundo... pero aquello que soy, es algo diferente... tan solo puedo sentirlo y sentirlo tan apegado a su cuerpo, sus ojos, su memoria, pensamientos... pero, eso no soy... eso sucede mientras vivo...
es extraño, pues mientras les cuento mis sentimientos, me siento un poco más cerca de lo que soy... pero, aun no me conozco...
la otra vez estaba manejando cuando hice una mala maniobra y un motorizado casi se estrella con la parte posterior del auto... la persona que resultó ser una mujer inmigrante se puso al lado de la ventana del auto, bajé la ventana para disculparme y la mujer inmigrante empezó a insultarme sin parar... la frase que más me quedó fue: viejo decrepito... le pedí que se calmara, pero siguió en su mal momento y no quiso salir hasta que las luces de tránsito cambiaron... pero tuve que avisarle que partiera, pero no, ella siguió insultando e insultando y me dio pena verla así... quería abrazarla y decirle que no se maltrate más, pero fue inútil... partió y vi que montaba una moto tan pequeña que parecía de juguete... viejo decrepito... si, eso vio en mí... seguramente mi rostro esta así... pero a los que cargan más de setenta años, es natural que todo su cuerpo se vaya desgastando hasta volverse en un amasijo de pelos y carne arrugada del color de la cera... es natural... pero, ese es mi cara y sentí que yo no era eso... más bien me sentía como un niño, inocente y buscando a su mamá... pero, pasó el momento y seguí respirando y de cuando en vez me imagino volver a ver a la mujer inmigrante pero con otra manera de ver el mundo...
pero lo que si entendí fue que aquello que soy observa este mundo como si estuviera en un submarino y mirase el mundo a través de su periscopio... para luego hundirse en su universo interior y sentir el silencio y el mar profundo de la verdad interior...