Benito lleva un maletín de color marrón símil cuero. No es un maletín cualquiera, es de esos que tienen en sus dos extremos una cerradura de bronce. En ambos, un candado con una clave numérica, que priva de que cualquier otra persona pueda acceder a su interior. Su maletín es rectangular, rígido, de esos que en el centro tienen una manija.
Benito esta acostumbrado a vagar de ciudad en ciudad. No tiene casa, va, su lugar en el mundo es Buenos Aires, mas precisamente el barrio de caballito, pero hace tiempo que no pasa mas de un día por allá.
Hoy junto a su maletín va de ciudad en ciudad. Nunca está mas de 1 semana en cada lugar, es lo que le toma hacer su trabajo. Debido a ello, sus relaciones son esporádicas y secretas. La excepción es su hermana, que una vez por día, como si fuera un ingles que marca la hora del té, él marca el teléfono de su hermana, que del otro lado expectante atiende para saber de Benito. Es su única familia y así lo siente.
Benito, va con su maletín a cuestas. Su única pertenencia. Ahí, entre otras cosas lleva dos mudas de ropa. Viaja liviano sin saber donde y cuando será su propio destino. Muchas veces un llamado hace que salga corriendo y su maletín, siempre preparado, ayuda para tal fin.
A que se dedica Benito, preguntan. Él es espía de profesión.
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