Un café sabe más delicioso
cuando tú pones la noche
yo pongo la luna
el azúcar la ponemos los dos.
A la hora de besarnos
los besos saben más dulces,
a la hora de acariciarnos
nuestra piel se enciende.
Hacer el amor es bien delicioso
podemos hacerlo antes
y después de tomarnos un cafecito
bien dulce y sabrocito.
Tus besos son tan ricos
y tan profundos
que me vuelvo loquito
cuando me das tres besos seguidos.
El amor y el café deben
estar a la orden del día
son tan indispensables
como el aire que yo respiro.
El café no se debe
tomar a toda prisa
tú y yo lo tomamos despacito
dandonos un besito entre cada sorbito.
Besito rico como el café
llega a nuestros sentidos,
nos incita a seguir besándonos
con más ganas.
Tú y yo tomamos café
cada vez que podemos
tú yo hacemos el amor
todos los santos días.
Cuando nos disgustamos
el café es un buen pretexto
para reconciliarnos
y después tomarnos sin ansiedad.

Pedro Moreno Mora