No intentes huir de ti mismo,
al final solo te encontrarás de nuevo contigo.
Anónimo
Últimamente me he adscrito feliz a todos los yoes
he abanderado adjetivos, epítetos e ideas afines,
abrazo viejos proverbios y renovadas sentencias,
en las más forjadas y en abstracciones lisonjeras,
dudosas iracundas y las absoluciones redentoras.
He dejado expuesto todo mi fraternal ego a la luz,
entre festivos flashes y entre fútiles iluminaciones
abriendo unos caminos que nunca quise navegar,
en un insensato viaje con más vueltas que idas,
en la más efectiva distorsión del eterno retorno.
He querido ver en ojos ajenos mi propio retrato,
cegado por la luminosidad que un día se extingue
ese efímero brillo que vanamente resplandece,
distorsionador farol para una calculada fuga,
en la razón sin prescripción, sin receta, sin razón.
Abrazado a una causa que nunca me perteneció,
la verdad ajena que me enajena y que me aduce,
en un escapismo más allá de todos mis límites,
inimaginada solución para estos tiempos ingratos,
cuando ya no me encuentro en mi propio espejo.
Pero nunca quise vender mi alma al mejor postor,
ni anhelé obtener algún opiáceo reconocimiento,
unos laureles postizos que nada dicen sobre mi,
pasajero salvavidas, peaje que habré de pagar,
un yo real que se volverá contra mi propio yo.
JIJCL, 1 de junio de 2024.
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