Entro, saludo como corresponde a cada individuo que se encuentre en la cocina, sigo me encuentro cono Zac, el perro, sobre mis rodillas intentando recibir un poco de mi cariño, aun no se da cuenta que no me agrada, si quizas algunas veces le haga cariño, pero hoy no estoy de animo. Sigo, entro a la salita, la tele está encendida en algun programa que supuestamente es para divertir a los jóvenes, pero lamentablemente no es más que una mierda comercial donde nos incitan a ser huecos y pensar en vanalidades, aun no engancho con alguno.
Sigo por el pasillo. Uno de los niños me empuja por su afan de llegar antes que el otro a su pieza, le tiro un par de garabatos y por detras escucho el típico reto, las típicas críticas que a estas alturas ya no son constructivas, menos a las siete de la tarde, que soy una intolerante, quizas, que cuide mi vocabulario y un sin fin de consejos para ser mejor, que para no mentirles me entra por un oido y me sale por el otro. Entro a mi pieza ya un poco molesta, no faltó la discusión en el auto, el comentario desagradable, por si acaso la discusión la causo yo por alguna razón, o por lo menos eso me dicen.

Mi pieza ordenada me refugia, me saco el polar. No falta la hermana envidiosa que bromea por mi chaleco sin mangas, la ira me hace mirarla feo, tira algo como que estoy "sensible" que me niego a recibir. Cierro la puerta fuertemente, me calmo, salgo, anuncio que voy a ocupar el computador y ahí salta el hermano "pepe grillo" quien me recuerda que estoy castigada. No era su problema, pero luego me percato que él quería usar el computador, en fin, el egoísmo se vive cada vez más cerca.
Me llaman a comer.
HAy un rico plato de pantrucas que mi hermano decide no comer, sólo tomará once. Cuando descubre que no hay pan alega, yo solo le digo que no se preocupe, que aun nadie se ha muerto por no comer pan un día, ahí se desata la disputa. Me dice un par de palabras hirientes aunque prefiero no mostrarme afectada, pero ella, mi hermana, por detrás sigue con sus comentarios. Sólo le digo que no sea "carbonera" y todo revienta de nuevo.
Ya no tengo ganas de comer, me levanto y me voy a mi pieza. Pongo un cassette de canciones "sensibles" grabado por mí especialmente para estas ocasiones de "sensibilidad", como dicen mis hermanos. Intento aclararles que no estoy con la regla, que solo quiero un poco de consideración y respeto. Sólo me dedico a escribir, pero ya quedé como "la autista". En fin, agarro un libro de refranes para ver si encuentro alguno con cual atacar a alguno de todos estos personajes con los que vivo.
Estoy cansada, lo dejo. Tomo Alsino, recomendado por una persona muy especial con la cual me siento bien, leo unas diez páginas pero recién me percato que no he entendido nada. Hoy definitivamnete no es mi día, pero lo peor de todo es que ya llevo seis "hoy no es mi día" consecutivos. ¿No será mi semana, realmente, o realmente soy yo la que estoy mal y no los días?.

Miro la foto de Andrés. Me regala una sonrisa.
Yo le envío estas preguntas, pero ya es tarde y aun no recibo respuesta alguna. ¿Será que Andrés tampoco me entiende, o sí me entiende, y es por eso que no tiene respuesta? porque él, antes de esperar respuesta de una foto se fue, ¿será también mi destino?.



Junio, 03, 2003