Las palabras son "instrumentos" de conocimiento, pero en la lucha política, ideológica y filosófica, las palabras son también armas, explosivos, tranquilizantes o venenos.
Louis Althusser

Decir sin decir nada, decir simplemente nada
en una abstracción tan necesaria, tan eficaz,
en un mundo banalizado que no se importa,
él, tan prudente, tan ausente como respetable;
el silencio, ahora ya no se siente más cómodo.

Pero ante esa altiva intelectualidad disfrazada,
bajo un enigmático ardid y un vacuo mensaje,
en lo febril de un elocuente arte fantasmagórico,
en una exégesis tan innecesaria como inútil,
se recrea ahora el mundo para deleite general.

En una hermenéutica tan imposible como surreal
desmedida y falaciosa en su retórica retrógrada
con tan ricos ropajes y con tan poca substancia,
la palabra se viste ahora con esas falsas luces,
que levantan vítores, aplausos en rendida plaza.

Pero ese fútil mensaje de tan discutible ornato,
con su moderna estética de la intrascendencia,
la que proclama nada y lo dice todo o casi todo,
porque no es lo mismo pero es casi lo mismo
y para ese caso, lo mismo da que da lo mismo.

Ya no hay más pipas con su crisis de identidad,
no hay más orinales dignos del mejor museo,
ya no hay más asustadoras alteraciones cubistas,
ni hay aquellas atrevidas greguerías ramonianas,
los tiempos han cambiado y no lo queremos ver.

Ahora en este ahora ya no hay más solución
porque infelizmente ya no hay más problema;
sometidos a una yerma retaguardia insolente,
disfrazada de la más vil y orgullosa vanguardia,
Ortega nos avisó: la deshumanización no es vida.

Consciente de la inconsciencia forjada y servil,
Impotencia calculada, sociedad fútil, castradora
que ya no celebra más la muerte de su gato,
encuentra en el mito solo retrógrada narrativa,
sin saber que la esencia vive en el eterno retorno.

Los sueños y los deseos son intercambiables:
la utopía no es involuntária o comoda dormência,
la palabra correcta vive amargo letargo discursivo
pero nos quiere decir algo, algo que dice mucho,
aunque a muchos nada les diga, nada de nada.

Sin embargo luzca el sol o esté negro el cielo,
siempre debemos seguir adelante, en frente,
abrazados febriles a una incolora bandera,
a una esperanza desesperada que no se omite,
a esa historia que no escucha su historiografía,


Muchas gracias a Louis Althusser, Silvio Rodríguez, André Breton, Marcel Duchamp, Valle Inclán y a todos los demás por sus ayudas incidentales.

JIJCL. 29 de mayo de 2024