El PASTRANA (q.e.p.d.)
8 sacos, 5 camisetas, 4 camisas, 5 pantalones, 8 pares de medias, 5 ruanas, 1 par de botas y 7 o más tazas de todos los materiales, al principio eran blancas esmaltadas, en este momento ya ha llegado a nuestra mente el recuerdo de alguien muy particular, ya saben que no es un inventario.
Estoy describiendo la cantidad de prendas que requería para su particular forma de vestirse el famoso PASTRANA a quien los Socotenses siempre recordaremos con cariño y respeto, con su sonrisa sincera y sus carcajadas con la que llamaba la atención, era su forma de comunicarse.
Llegó a Socotá oriundo de Jericó, a los niños les producía pánico por la forma de vestirse, la verdad su apariencia no era nada agradable a la vista; también a las amas de casa de las veredas cuyo recorrido hacia a pie desde Socotá hasta Jericó, debían estar pendientes al paso de Pastrana por qué corrían el riesgo de perder sus prendas de vestir que una vez lavadas y puestas al sol para el secado podían ser hurtadas y pasaban a ser parte del atuendo que resguardaba del frio y del ardiente sol a Pastranita, como hoy después de su partida al otro mundo, los habitantes de Socotá le llaman con mucho cariño por su nobleza.
No era raro encontrar a este personaje tan particular a cualquier hora del día o de la noche en sus largas caminatas por la carretera destapada que desde Socotá conduce a Jericó, con lluvia que produce un frío que congela o con el ardiente sol que quema la piel, por eso se perdía Pastrana y los habitantes empezaban a extrañarlo al pasar de los días regresaba, por este motivo más de una vez lo dieron por muerto.
El cansancio lo vencía y decidía dormir a la orilla de la carretera, para luego continuar su travesía hacia Socotá, donde fue adoptado por la comunidad y lo hicieron partícipe del hogar geriátrico o ancianato como le dicen en mi pueblo, dándole la posibilidad de tener una mejor calidad de vida los últimos 10 o más años, a nuestro ilustre integrante de la comunidad Socotenses, al que los niños le decían "siete tazas" por qué no sabemos su nombre real y tampoco quién fue la persona que se le ocurrió llamarlo PASTRANA.
Siempre lo recordaremos como un ser humano respetuoso, amigable, aunque no hablaba siempre tuvo una sonrisa para ofrecerle a todas las personas que a su lado pasaban.
PASTRANITA, nos dejó una enseñanza de nobleza pues nunca se le vio de mal genio y supo lidiar las adversidades de la vida siempre con mucha amabilidad, por ese motivo los niños no le agredían ni le hacían mofas, si esto llegaba a suceder Pastrana les respondía con una carcajada.
Hasta pronto PASTRANITA,
"DIOS LO TENGA EN SU GLORIA".
Autor: Anónimo. |