Por que nos morimos
A Ricardo Fierro QEPD
Hoy tuve una epifanía mientras me enteraba de la muerte repentina de un amigo. Esta revelación obviamente, no explica las muertes accidentales, pero a las otras sí. Estoy convencido, de que vamos muriendo de a poco y en cámara lenta. No, no es la vejez ni el cáncer ni el infarto ni tantas otras razones médicas… esas son solamente resultados de la autopsia. En realidad, nos morimos desangrados.
La hemorragia la causan miles de pequeñas puñaladas que vamos recibiendo en el alma (o el corazón) casi desde niños. La partida de abuelos, padres, hermanos, amigos y hasta hijos, sumado a desilusiones, traiciones, desamores y angustias van dejando distintos tipos de heridas que no cicatrizan. Algunas son profundas, otras superficiales, pero todas causan sangrados que nunca se detienen.
La existencia de fenómenos como personas que superan los ciento diez o ciento veinte años, solo tienen explicación en corazones muy fuertes, o pocas heridas, o cierta capacidad para olvidar y así quizás cicatrizar las lesiones.
De esta última, si la solución para vivir más tiempo es olvidar, me quedo sin dudas con los recuerdos. La vida no vale sin ellos.
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