En un día lleno de remordimientos, bajaban el ataúd de su madre en la fosa reseca del campo santo del pueblo, todos escucharon su promesa : "Querida madre, pronto estaremos juntas de nuevo"; todos escucharon, pero nadie le presto mayor relevancia a lo que decía. Al tercer día, los vecinos observaron que la joven huérfana de 17 años, salió de su hogar vestida muy bien vestido a eso de siete de la mañana, posteriormente regreso a eso de las 13 horas con un extraño bolso en sus manos, entró en su casa y no se supo mas de ella.
Al parecer se encerró en su habitación y se dio un certero disparo en el pecho; la gente del pueblo todavía recuerda el mensaje dejado por la huérfana: " Madre, las fieras y voces que gritan y no me dejan escuchar, pronto podrán escapar de mi pecho, permitiendo volver a tu lado que aúllan en mi pecho pronto volarán de mi cuerpo, en el tiempo interminable, viviré para siempre..."