Me voy a ir sin salir de mi, en salida programada,
sin ningún destino porque no quiero salir del lugar
un descanso sabático sin mover un solo músculo,
en una letargia laboral sin la fecha de caducidad,
en una utopía resolvida que no es tan solo deseo.
Voy a objetar de mi correcta consciencia y ceder,
me dejaré llevar por la más selecta inercia ajena,
me dormiré en los laureles de mi propia victoria,
sabré negar, con militancia, todas las evidencias,
con mirada serena, con todos los platos enteros.
Pero siempre habrá algo en mi que nunca calla,
una verdad que tan solo yo sabe cuánto me pesa,
el acto de contrición que un día tendré que hacer,
la objeción, cual Jano, siempre tiene dos caras;
la consciencia es siempre
la más dura de las penitencias.
JIJCL, 10 de mayo de 2024.
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