Si regresas al final del camino, comienzas nuevamente otro andar, otro destino, desandando lo andado, renovando lo recorrido hacia atrás.
Si desconoces el destino de tus palabras, pronúncialas con cuidado, para que se escuchen, se lean, se perciban. Impregnando todo de luz, reconciliándote con el otro, que fluye en tu mundo.
Hay que saber perdonar, no sabes pedir perdón, ni te perdonaron, deja que el agua se funda con tu piel y refresque tus poros dejándote la sensación y la certeza del cambio operado en vos, ayúdate con el amor, con la esperanza, con la fe, dejando atrás el odio cualquier otro sentimiento que te desestabilicen el orden en tu vida.
Regresa lo andado y corrige, regresa con el perdón y con palabras sanas, olvídate delas imperfectas impurezas del alma humana, cree en ti, y en los demás.
A-M-R
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