Hace un mes te fuiste, imagino que andas jugando entre las nubes, persiguiendo angelitos, acompañando a los querubines más dulces, regalando risas, lealtad y amor, como era tu estilo, ese estilo tan único, tan tuyo... pero también estás junto a nosotros:
En la clínica: hace unas semanas me encontraba en la clínica, frente a mi cama había una silla, era de madrugada y no podía dormir. Tomé un vaso con agua que estaba en una mesa lateral, al mirar al frente, estaba mi Negro, echado sobre la silla mirándome. Sentí una mezcla de sorpresa, emoción y alegría. Di vuelta la cara para dejar el vaso en la mesa y llamarlo para que viniera a la cama conmigo, lo cual fue un error porque cuando volví la vista a la silla ya no estaba (visible).
En la ruta del paseo: Mi marido y yo sacamos a pasear a nuestros tres perritos a diario. Bueno, eran tres, ahora hay solo son dos en este plano. Después de la muerte de Negrito, continuamos con el rito. Cada vez que salimos, siento pasos de perro en mi espalda, me doy vuelta pero no hay nadie. Ayer se lo comenté a mi marido y me respondió que él también los sentía y que pensaba que era el Negrito que nos estaba acompañando. Yo tengo la misma idea.
Te recordamos a diario: amigo, hijo, compañero amado, sabemos que estás a nuestro lado.
La nostalgia se consuela en tu recuerdo. |