El primer paso de la ignorancia es presumir de saber
Baltasar Gracián
Quería que mis palabras no fueran solo ese eco,
la resonancia de un discurso ya previamente oído
de esta mi propia voz, de mil y una veces repetida
de la lección que ni el tiempo sabe ya transliterar,
método eficaz y repaginado que ordena el mundo
Quería saber que lo que sé no es un saber ya aprendido,
ni un por supuesto con la lógica y su fundamento
voz que no precisa más voz que su propia voz,
esa verdad sin arrepentimiento y sin disonancia,
razón
Quería la inocencia de la más virginal elocución,
esa ingenua explicación del Adán más aturdido,
un mundo sin letárgicos diccionarios dogmáticos,
de una mirada en la que aún resida la sorpresa,
una eternidad que siempre tenga algo que decir.
Quería dejar de ser ese mi yo más compasivo,
ese que estudia siempre cada paso a seguir,
en la obviedad de una calculada hermenéutica,
en la esterilidad de un convencido significante
que nunca espera que lleguen buenas nuevas.
Quería olvidar todos los saberes del pasado,
reiniciarme en una renovada utopía letrada,
una gentil ignorancia con los mejores augurios,
una pregunta que no encuentre más explicación
que mi propia duda; tan sincera como irracional.
JIJCL, 7 de abril de 2024.
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