Se dice que existe “EL TUNCHE” que es el alma o espíritu de una persona mala o que murió repentinamente y no pudo llegar al cielo, el TUNCHE o MALIGNO busca a un DIJUNTO o DIFUNTO “alma o espíritu bueno” para atraparlo y así poder ingresar al cielo, el Tunche vaga en la selva peruana, es un alma en pena y deambula por los lugares alejados de la selva, muchas veces es escuchado en los pueblos por su silbido muy peculiar o cuando persigue al Difunto y esto logra agarrarlo.

Dicen que, si algún poblador se encuentra con el Tunche y es débil o miedoso, su sola presencia es mortal.

El silbido del Tunche es muy diferente al del Difunto, es más fuerte, con solo escucharlo los pobladores se atemorizan, cierran sus puertas y rezan para que no entre a sus casas, su desgarrador silbido persigue al que huya de él, y a medida que se va acercando su volumen aumenta, así que por más que corras, sentirás su presencia cada vez más cerca de la cual no escaparás.

Aquellos pocos que se han salvado de morir al ser atacados por el Tunche, han perdido la razón; de repente por la aparición o al endemoniado silbido de su presencia.

Pero en la actualidad ya no es común escucharlos, en la selva los pueblos se han modernizado y el ruido de los vehículos motorizados predomina en todos los rincones. Posiblemente en algunos lugares alejados todavía se puede escuchar la presencia de los tunches.

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Te cuento:

HACE MUCHOS AÑOS ATRÁS, CUANDO EXISTÍA SOLO UN CAMINO DE PACHIZA A JUANJUI, SUCEDIÓ ALGO COMÚN PARA LA ÉPOCA...

Eran como las 3 de la mañana, don Pedro estaba en su tambo fumando su mapacho, él había regresado de tarrafiar. De pronto escucho el silbido del Difunto, el silbido era muy finito (fin, fin, fin). Pedro se acercó a su esposa y lo dijo:

- Hoy, hoy María.

- Que quieres viejo, estoy durmiendo – Contesto su esposa.

- Has escuchado al Difunto, parece que es mujer.

- Tranca la puerta y cierra la ventana, no vaya ser que venga a fastidiarnos – Contesto de nuevo su esposa.

Entonces, Pedro camino despacito hacia la puerta, tranco su puerta y luego se fue a cerrar su ventana. Él escucho de nuevo el silbido (fin, fin, fin).

- Ja, esta flaca me ha seguido desde el río, que ya vuelta quiere conmigo – Dijo él mentalmente.

Pedro se hecho al lado de su esposa, para prevenir que el difunto no fastidie a su esposa, bajo su mosquitero y le templo por debajo de sus esteras.

- Ya está bien templado el mosquitero, ya no te va jalar de tus pies - le dijo a su esposa.

Cuando en ese momento él escucho bien fuerte: FIIINNNNNN, FIIIINNNNNN, FIIIIINNNN.

- Carajo, el Tunche, hoy le va agarrar a ese difunto, pobrecita. – Dijo

A unos minutos escucho fin, fin fin y luego FIIINNNNN, FIIIINNNNNNNN, FIIINNNNNNNNNNNN. Por un lado de la casa, luego por otro lado, parecía una pelea, escuchaba ruido como gemidos que pedían ayuda y lloraban. Luego todo quedo en silencio.

- Mi amor, escuchaste todo. - Dijo él.

- Si cholo, estoy de miedo. – Contesto su esposa.

- El Tunche le ha capturado a ese Difunto.

Se acomodaron bien en su cama y esperaron que amanecería. Cuando amaneció Pedro salió a la calle, en la calle todos hablaban del difunto y el fallecimiento de una lugareña.

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Autor: Rusbel Galán Marín
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