Siempre he escuchado que un amigo era mejor que un hermano... honestamente, no sé, si esto es cierto en verdad... mientras esta idea rondaba en mi cabeza, escucha sonar el teléfono.
Levanté el teléfono y escuché la voz de un amigo... me dijo que estaba mal, muy mal... quise colgar, no han sido buenas semanas, y, no quería que me traspasará su angustia, ni pena, ni nada, pese a esto, decidí escuchas.
Mi amigo siguió hablando y hablando, al final me dijo que sentía mucho contarme sus cosas pero, en verdad no tenía a nadie con quien hablar, le dije que se cuidará... preferí esperar a que el cortará la llamada... hasta que al fin cortó, diciéndome antes... nos vemos pronto... y
respondí, cuando quieras. Colgó. Después de esto, empece a sentir una angustia, un dolor... qué me pasa, pensé. Visiones iban y venían, cuando vi un pedazo de un hombre cruzando a través de mi cuarto... Temblé... Caminé, aunque mi cuerpo me decía que no lo hiciera... Caminé hasta el lugar en donde había estado aquella cosa, cuando una voz me dijo que no temiera... Respiré con fuerza y en cada aliento la inseguridad se iba, mas y mas... ya más tranquilo anhelé hablar con nadie. Iba a coger el teléfono, pero recordé a mi amigo. Dejé el teléfono, como si quemara. Allí me di cuenta que no tenía a nadie, que la amistad era de quien la sentía... me rasqué las orejas y ya en la cama, dormí... |