Esa no fue una noche normal
la luna estaba plena y nos inspiraba
la playa nos esperaba con impaciencia
a que fueramos a derrochar besos y caricias.
Tú llegaste de primera
antes que yo llegara
habías dejado huellas en la arena
a mi me dio pena que el viento las borrara.
Viniste bien ligera de ropa y sin maquillaje
tú hacias parte de ese paisaje hermoso
después de tomarme una copa de vino
procedí a pintarte sin demora.
Estaba dichoso que posaras para mí
esa noche parecías una Diosa
te veías graciosa y muy feliz, antes que el cielo
se tonará gris te pinte de colores.
A una mujer hermosa como tú
no se puede pintar de blanco y negro
tus ojos pinté de azul y tus labios rojos,
tu pelo negro y tus pechos blancos.
Después de pintarte nos besamos
como nunca nos habíamos besado antes
tus besos me supieron a mar y luna
fueron tan profundos que al mar le dieron celos.
Después de tomar aire volvimos a besarnos
los besos fueron más intensos que otras veces
al cabo de varios meses nuestro gran amor
dio dos frutos muy hermosos.
Han pasado muchas noches
desde la noche que fuimos a la playa
con broches de oro cerramos cada noche
y con besos empezamos los días nuevos.

Pedro Moreno Mora