No quería verlo morir al fusilado. Pero no pude. Para no verlo morir, hubiera tenido que estar ciego. Tampoco hubo pizca de naturaleza en aquel baúl. De enfrentamiento nada; sólo el Cuco metiendo bala. Olor a campo al frotar el felpudo con las espuelas.
Texto agregado el 12-03-2024, y leído por 51 visitantes. (2 votos)