Juntos por siempre parte 8

La secretaria encargada de la carrera en psicología en servicios escolares llamó a casa de Alex para decirle que tenía que presentarse en la dirección para entregar algunos papeles que le habían faltado para cambiarse. Nuria atendió la llamada cortésmente. El joven entró a la casa, venía de ver a Cintia. Habían tenido sexo.
- ¿Cuándo pensabas decirme? – Nuria le dijo a su hijo.
- ¿Decirte qué? – Alex se espantó.
-Me llamaron para decirte que debes llevar unos papeles a psicología ¿Cuándo pensabas decirme que te cambiaste de carrera? – Nuria le cuestiona muy molesta.
-Bueno, es que…
-No puedo creerlo. No confías en mí, Alex. Soy tu mamá.
- ¡Perdóname! - Alex tragó saliva - Perdón por no ser tan perfecto como tu hijo preferido.
- ¿Qué estás diciendo?
-Pues sí, mamá. Israel es tu hijo preferido ¡Y yo no puedo contarte todas mis cosas como él lo hace!
-Óyeme. Alex no me hables así ¡Soy tu mamá!
Alex no quiso discutir más con su mamá y se metió a su cuarto.
-Alexander ven para acá. No me hables así.
Más tarde, Alex salió de la casa. Abraham vio como su padre salió por la puerta. Alex fue al único lugar seguro que tiene y no fue con Cintia fue con su hermano. Estaba algo molesto con su mamá porque siente pena de contarle algunas cosas. No siente que deba tener la confianza que le tiene su hermano a su mamá. Aun así, el joven fue con su hermano. Mala idea.
Oscar lo recibió en la sala, le ofreció agua porque lucía pálido.
- ¿Todo bien? – preguntó Oscar.
-No. Discutí con mi mamá.
- ¿Sobre qué? – quiso saber Oscar.
-Alex – dijo Israel cuando lo vio en la sala – ¿que te trae por acá?
-Discutí con mi mamá.
- ¿Por qué? – preguntó su hermano mayor.
-Mi mamá se enteró que cambié de carrera.
- ¿Te cambiaste de carrera? Alex ¿pero por qué eres así? - Israel se queja.
-Tal como se lo dije a mi mamá, no soy perfeto como tú. Me cambié a psicología.
-No puedes seguir así, Alex. Debes ser más responsable. Regresa a la casa y discúlpate con mi mamá ¡Tú no eres así! – le gritó su hermano mayor.
Israel salió al patio trasero para meterse al pequeño gym de la casa.
- ¿Qué le pasa? – pregunta Alex.
-Déjalo, tiene días así – Oscar sabía lo que pasaba, pero no podía decirle nada al joven – anda, ve a tu casa y arregla las cosas con tu mamá.
Antes de ir a su casa fue a ver a su amante, otro grave error. Ese desvío de camino provocaría una futura desgracia.
Al salir del metro para ir a casa de Cintia, Claudia venía en otro vagón y vio a su ex novio de lejos. La joven lo siguió y vio que se metió a casa de Cintia. La mujer lo recibió con un beso en la boca. Fue extraño para ella porque sabía que esa mujer es mamá del esposo de su hermano. Alex tardó en salir bastante rato y cuando lo hizo repitió la acción, besó a la mujer en la boca.
Alex fue a ver a su mamá. Se disculpó con ella. Le dijo que no debió hablarle así. Y él debe respetarla, es su mamá.
Habló con sus padres para decirle que se cambió de carrera y que iniciaría el lunes en psicología desde primer semestre.
Nuria continuaba molesta con Alex por la actitud que había tomado en los últimos meses. El joven pensaba que él también tenía derecho de hacer su vida tal y como lo hacía su hermano mayor.
El joven comenzó en psicología. Se incorporó en el grupo y fue bien aceptado. Alex era un estudiante inteligente que tenía buenas calificaciones, lo único es que era un joven que quería vivir al límite sin medir las consecuencias.
Durante su primera semana fue normal, poco trabajo así que aprovechaba para ir a ver a su amante. Claudia lo siguió y se dio cuenta que los dos se iban a hoteles para tener sexo. La joven no soportó que su exnovio la haya cambiado por una mujer mayor. Eso le costaría caro al joven. Claudia tomó varias fotos con su celular para tener evidencia.
Un compañero de filosofía habló con Alex y le dijo que saldría con Claudia.
-Por mí, quédatela. Sal con ella.
-Hay otra mujer ¿verdad?
-Pásala bien con ella. No tengo ningún problema con que tengas una relación con Claudia. Ella y yo ya no somos nada. Todo esto pasó por el bolso, en Canadá.
-Pero, creo que estás exagerando.
-Bye. Tengo prisa – a Alex le urgía estar con esa mujer hermosa.
Días después, Claudia amenazó a Alex con mostrarle esas fotos a su madre.
-No sé qué le viste a esa carroña – dijo Claudia en el edificio de psicología.
-No sé de qué hablas.
-Claro que lo sabes – la joven le mostró las fotos afuera del hotel - Esa vieja es tu amante. Debe tener toda la carne podrida.
-Te callas – le dijo Alex tomándola del brazo – esa carroña como tú le dices es mucho más mujer que tú. Tienes unas tetas increíbles. Está deliciosa y no flacucha como tú. Ella es lo que siempre he buscado una mujer que me haga sentir hombre en la cama. Búscate otro pendejo. Y tú te callas. No quiero que me embarren como una raterita como tú.
Alex salió del edificio de psicología para dirigirse a idiomas.
-Te vas a arrepentir de lo que me hiciste – dijo Claudia entre dientes.
El miércoles, Cintia fue a casa de Nuria. Alex estaba en clases al igual que Camila. Nuria preparaba sus clases y notó algo extraño en Cintia.
- ¿Es mi imaginación? te ves distinta – le comenta Nuria.
-No ¿por qué?
-Te noto feliz. Como si anduvieras por las nubes.
- ¿Te parece? – le pregunta Cintia.
-No me digas ¿ya conociste a alguien?
-No. Todo está normal.
Mientras tanto, en el hospital con los dos esposos las cosas no andaban bien. Por su parte, para Israel se le avecinaba una nueva oportunidad en el hospital.
-Vamos a tomar el curso de jefaturas – le comenta Laura a Israel en el comedor.
-Para nada. Estoy muy verde para ser jefe de área.
-Sabes que no es verdad. Eres un médico inteligente, responsable, creativo. Creo que estás preparado para el puesto. Yo voy a tomar el curso para postularme como jefa de enfermeras de cirugía.
-Pero tú tienes más años en el hospital.
-Eso no importa. Inicias conmigo mañana jueves, viernes, sábado y domingo.
- ¿Cuatro días?
-Sí. Y probablemente el sábado y domingo te quedes todo el día. Míralo cómo una oportunidad para crecer en el hospital, te lo mereces.
Mientras que las cosas para Oscar no iban del todo bien.

Continuará…