metí mi mano en el fuego... me quemé y el dolor era intenso... puse mi rostro al fuego... y no tengo palabras para describirlo... solo se que luego, no volví a ver jamás... pero si pude escuchar... y con mi mano derecha me puse a escribir... y escribí acerca del dolor... de los hombres... de la vida... y de la oscuridad... y de esos seres que me acompañan durante tanto tiempo... se que soy un anciano y que vivo en un lugar con una persona que me compra la comida... a esa persona le cuento lo que imagino...
seres con alas y con un solo dedo viajando por los cielos
hombres y mujeres corriendo tras un poco de agua...
y la venida de un señor a mi cuarto durante todos estos años con un solo propósito... quiere llevarme mar adentro... me cuenta acerca de un mar que está dentro de mí... y que no tiene reparos en llevarme, pero debo soltar mis pensamientos, mis recuerdos, mis sueños, mi yo... la primera vez llegamos hasta un bote que flotaba sobre un lago apacible y oscuro pero brillante... el bote empezó a moverse y yo no pude seguir... salí del bote y volví a mis miedos y sueños, es decir a mi...
pero ahora este señor ya no viene... le estoy esperando... le llamo... le escribo... pero, no viene... espero tener otra oportunidad... quizás sea ese mi sentido a la existencia... quizás sea feliz... quizás... quizás... quizás..