Y yo, que nunca fui de responder, como ese mal lector,
ese a quien le gusta la buena crítica pero nunca critica,
que no se toma la molestia de leer a su hermano poeta
y cree que es porque ser cauto es una actitud correcta,
en esa cordial actitud para la exégesis justa y necesaria
pero el silencio es el grito que se exalta primorosamente
y así, y yo que me hice poeta sin procurar mis orígenes,
que no nací, ni me hice este poeta hoy que les suscribe,
no vi nunca amaneceres lindos, ni el amor más sublime,
porque la poesía que recibí de mis incorrectas musas,
nunca subió a olímpicas montañas ni visitó las arcadias,
ni me comprometí con la belleza de la subjetiva mimesis
Pero yo que no sé si nací o yo mismo me hice este poeta
que hoy no tiene otrás visiones más allá de un mal ripio,
que intentó crear con estas mis vulgares palabras al uso,
ese deseo edulcorante que hoy no me hace más poeta
ni aun y con el más grande de los diccionarios lapidarios,
pero yosoyasi. O no?
JIJCL, 25 de febrero de 2024.
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