Juntos por siempre parte 6

Emilio estaba feliz en su trabajo. La vida le había puesto muchas pruebas, pero tenía a su familia para apoyarlo en todo. Por la mañana llegó a su oficina para continuar con el día a día.
-Licenciado, le dejé todos sus pendientes en su escritorio.
-Gracias ¿Sabes si ya llegó la licenciada Isabela?
-Ya. Está hablando con su nuevo mensajero.
-Dile que quiero hablar con ella.
-Claro ¿algo más? ¿café?
-Sí. Que sea con azúcar.
-En un momento se lo traigo.
Isabela fue con el mensajero para presentárselo.
-Te presento, él es el licenciado Emilio Quintana.
-Buenos días. Me llamo Christofer Soler.
-Mucho gusto – Emilio respondió cortésmente.
-Él será nuestro mensajero. También te podrá ayudar en tus asuntos.
-Perfecto.
Una semana después, Alex estaba de regreso. Su familia lo recibió en el aeropuerto. Nuria sintió una enorme felicidad cuando vio a su hijo. Alex abrazó a su hijo y a su hermana. Evitando en todo momento, Alex no miró a Claudia. Sus padres le preguntaron si todo estaba bien. Cuando llegaron a la casa Alex les contó todo sobre lo que había pasado con Claudia.
Al día siguiente, Alex vio a Cintia en la casa. Los dos se miraron, pero no se dijeron nada. Todo el tiempo se echaban miraditas. La tensión aumentaba en ellos, no eran capaces de hablar de lo que habían hecho. Los dos tenían ganas hasta que tuvieron la oportunidad de estar solos un rato.
-Voy a ir por Camila a la escuela – dijo Nuria tomando las llaves de su camioneta.
-Claro – le comentó Cintia.
-Te dejo a Abraham – le dijo Nuria a su hijo.
-Sí, mamá. Vete con cuidado.
Nuria salió de la casa. Abraham estaba en la sala. Alex encendió el televisor para entretener a su hijo un rato. En el cuarto en el que dormía su hermana, Alex y Cintia se metieron ahí.
-Ahora sí, mamacita – le dijo Alex a la mujer.
La tomó por la cintura hasta llevarla a la pared para besarla. Era la primera vez después de muchos años que Cintia sentía unos labios, unos labios tan mojados como los del joven. Alex empujaba su cadera hacia la de la mujer. Alex bajó el pantalón de ella e hizo lo mismo, le hizo sexo oral a la mujer. Alex se bajó los pantalones masturbándose y besando a la mujer. La primera en salir del cuarto fue ella. Le temblaban las piernas, estaba nerviosa por lo que había hecho. Alex se sentó junto a su hijo a ver el televisor hasta que llegó el primer alumno de Nuria, el joven subió a su cuarto con su hijo y dejó a Cintia abajo.
Después de solamente pasarse la mano y la lengua por sus cuerpos, Alex se atrevió a tener sexo con ella por una razón, había escuchado hablar a Israel con su esposo. Nadie sabía que Cintia se había realizado una histerectomía cuando había salido de la cárcel. No tenía que ser muy inteligente para saber qué significaba eso. Tomó los preservativos que le había dejado su hermano, el hombre se bañó, se puso loción, se arregló lo normal para ir a ver a Cintia. Le dijo a su mamá que iría al cine con sus amigos. Ya ni le molestaba que su hermana haya ocupado el cuarto que era de Israel, lo único que quería era estar con ese monumento de mujer.
Tocó el timbre y Cintia lo vio en la puerta.
- ¿Qué haces aquí? – fue lo primero que preguntó la mujer.
-Quiero coger con una mujer de verdad – le dijo el joven.
Alex entró a la casa quitándose la sudadera y la playera. Cintia se desvistió en segundos y sin pensar alguna se dejó ver la piel. Se besaron intensamente pasando a la cama de ella. La mujer se acostó en la cama mientras el joven terminaba de desnudarse. Se colocó encima de ella mientras la besaba, él ponía la mano de ella en su miembro y él tocaba sus senos.
La mujer abrió las piernas y él le lamió el sexo hasta dejarlo húmedo. Cintia se retorcía de lo rico que sentía. Alex tomó un preservativo, se lo colocó e introdujo su duro miembro en ella. Todo el tiempo mantuvieron la misma posición antes de llegar al clímax.
-Estamos haciendo mal – le dijo ella con la voz agitada.
-Ya lo sé – respondió él jadeando – pero no me importa. Estás buenísima. Estás deliciosa.
El joven colocó las piernas de la mujer en sus hombros y terminó de darle placer. Lo aprendió de su hermano, nunca eyacules dentro de ella. Seguía con ese miedo.
Los dos terminaron exhaustos en la cama y llenos de culpa, pero ya lo habían hecho.
El joven regresó a su casa. Evitó ver a su mamá hasta la cena.
-Alex ¿Qué película vieron? – preguntó Nuria.
-Pues…. Ninguna – respondió él.
- ¿Ninguna?
-Mamá, se rompió el cierre de mi falda – los interrumpió Camila.
-Ay, Camila. Y tú abuelita se llevó su máquina de coser. Tráeme la cajita de hilos.
-Sí.
- ¿Entonces? ¿Cuál vieron?
-Ya te dije, ninguna. A la mera hora cambiamos de planes. Dimos una vuelta por el centro comercial. Todos llevaban a su novia.
-Qué te puedo decir. Fue tu decisión terminar con ella. Sabes que lo respeto.
Alex se fue a su cuarto. Quería seguir recordando lo que hizo con la suegra de su hermano.

Continuará…