La vida es una sola eso creo, en algún momento se acaba y apaga. Se sube y se baja, por un sendero, hay partes del sendero que es tierra fértil, otras de piedra, a veces es de arena, y en ocasiones, puede ser de cemento, donde solo germinan plantas de granito que huelen a incertidumbre.
A veces, solo nos sentamos a esperar una vez más con la ilusión de que podamos subir y bajar por ese sendero nuevamente, y que esta vez sea un camino de tierra fértil, pero no se puede, porque este sendero se recorre solo una vez en la vida.
Tenemos sueños indomables, que cargamos indolentemente en nuestra espalda, el amor ligero que alguna vez creímos eterno, se nos va, llevándose consigo la aparente juventud de afuera.
Y pues de esta manera, a pesar de lo que vivimos, sabiendo que solo es un sendero de una vía, se sigue esperando a que la esperanza vuelva a entrar por la puerta siempre abierta de la cerrada vecindad interior.
Buscamos un nuevo viento acompañado de lluvias para calmar la sedientas ganas, de esta alma eterna que espera escapar de él .