En este mundo, todos estamos locos, todos nos encontramos vacíos y si no lo están, y si creen no estarlo, están metidos en su miseria, que ni siquiera es suya. Un rebaño que no se sienten pertenecientes, una sociedad donde el feliz es el que es ciego y el humano rara vez vive para contarlo. Es un mundo vacío.
Me siento tonto por preocuparme de lo que no debería, por defender a un mundo que de mi no tiene nada, un mundo que rechazo con todo mi ser y del que me río cuando puedo hacerlo. Soy idiota, porque no puedo concentrarme en mi mismo, sin embargo las otras voces de los jóvenes no-nacidos me gritan y algo escucho de eso. El viento se llevó la armonía y el aire para respirar, una habitación lúgubre me espera, una casa embrujada y maldita, una esperanza en forma de ataúd.
Aun no es el fin desgraciadamente, sin compañía verdadera de la que no se sienta privada.
Qué mierda estas letras y qué mierda quien lo lea y diga que negativo, o lo mire desde una perspectiva ajena.
Adiós señores portadores de mi desilusión