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INCENDIO EN SOCOTÁ
A comienzos del año de 1990, se estrenaba en Socotá y en toda Colombia, los alcaldes electos, por votación popular, es decir, los elegidos, por medio del voto de los ciudadanos en las urnas. El primer alcalde en el municipio, elegido, por este sistema fue el capitán del ejército ® Everto Fernández, en las elecciones del 13 de marzo de 1988 y posesionado el 1 de junio.
Un día, se disponía a visitar una mina de carbón en Coscativa, porque había cierto problema entre los dueños y los vecinos, y saliendo de la casa en la vereda de La Vega, el caballo tuvo un tropiezo, en plena carretera, limpia, sin obstáculos, y el jinete don Everto, se golpeó la cabeza.
Se llevo de urgencias y remitido a Bogotá, le diagnosticaron problemas en el sistema nervioso, lo que le impidió seguir ejerciendo como alcalde.
Yo, Nevers Germán Ojeda Gómez, había terminado estudios en la UPTC de Administración de Empresas, y estaba iniciando, como jefe de Planeación Municipal, organizando la oficina que se había creado, y ante tal suceso, fui nombrado como alcalde (e).
Los estudiantes del colegio, pues eran los que habían terminado quinto de primaria en el pueblo, y algunos de las escuelas rurales; otros que sus papás tenían comodidad económica los llevaban a Socha, Duitama, Sogamoso o Tunja.
Los que iniciaban clases en el colegio Francisco José de Caldas y que venían del campo, los papás, les conseguían una pieza y alimentación en alguna de las cocinas (era el nombre que se le daba a los restaurantes de la época), otros tenían una casa, que la usaban los domingos, día de mercado, que bajaban al pueblo, para vender sus productos, dejar sus cosas, y libremente deambular, por el pueblo, algunos ese día domingo, en esa casa y en la mayoría, se convertían en tienda, vendiendo cerveza aguardiente y cigarrillos, el resto de la semana estaban cerradas.
Un día domingo, por ahí en el mes de marzo, estábamos jugando mini tejo, en la casa de don José Chía, con algunas amigas, cuando empezó a salir chispas y a interrumpirse la luz, se prendía y apagaba, salimos a la calle y se oían gritos, las cuerdas del alumbrado público en llamas, la gente corría y lloraba, el humo se apodero de las calles, todo era oscuro, porque ya eran, casi las siete de la noche.
Cuando llegue a la esquina de la carrera segunda, con calle 5, cerca de la escuela de niñas, frente al billar de ñeque ñeñe, como se le decía al dueño del billar, estaba la aglomeración de gente, con baldes, echando agua, tratando de apagar el incendio que, había sido provocado, por una vela, que dejo prendida un estudiante del campo que vivía solo en esa casa.
Había organizado un grupo, para emergencias, pero no teníamos ninguna dotación, más que el título de voluntarios, la casa a medida que pasaba el tiempo, prendía más, porque sus puertas, ventanas, escaleras, la división entre el primero y segundo piso, las escaleras, eran de madera, el techo en cañabrava y madera, lo que ayudo a que se propagaran las llamas.
Llame a Paz de Río dónde tenían un carro de bomberos, pero no lo tenían disponible, debido a que estaba en reparación, me dijeron que llamara a Sogamoso, a los bomberos de allí, y tampoco recibimos auxilio. El operados de TELECOM, Alirio Figueroa, (q.e.p.d) estuvo dispuesto todo el tiempo, para hacer llamadas pidiendo auxilio.
Me dijeron que, en La Vega, los que explotaban carbón, cerca al río y vivían allí, tenían una motobomba que fuera y la sacara prestada, alguien en un camioncito 350, me llevo, pero no hubo tal motobomba, pero si se escuchaba la algaravería y se veía el humo en el pueblo, esa misión fracaso.
Alguien dijo que rompiéramos la tubería de la escuela y con una manguera, sacáramos agua, así se hizo, se logró apaciguar las llamas, que ya habían consumido toda la casa y algo de las casas que quedaban al lado y lado.
Los voluntarios subieron con hachas, machetes, azadones, picas y baldes, tratando de menguar el incendio, el susto era que, en la casa de Gilberto Suárez, había combustibles, para la venta, y hacia arriba Misael Calderón, tenía un depósito de gasolina, y en algunas casas cercanas había cilindros con gas, pues estaba de moda o imponiéndose el cocinar, con este combustible.
Finalmente, se lograron apaciguar las llamas, la gente en tumultos comentaban de lo sucedido, otros en las tiendas, tomando cerveza, para la sed, la gente invitaba a los que enfrentaron el incendio y así se vivió en Socotá, sin la ayuda externa solo, los habitantes tuvieron que enfrentar tal situación.
Han habido otros incendios como en el Cardón y ahora en Pueblo Nuevo, pero la situación sigue la misma, no hay recursos disponibles, para una emergencia, no hay gente capacitada, ni elementos, como vehículos y maquinaria, para atender una emergencia de tal Magnitud.
Ojalá, con lo que está sucediendo en el territorio nacional, se pueda tener planes de emergencia, dotaciones, presupuesto y voluntarios capacitados.

Texto agregado el 14-02-2024, y leído por 136 visitantes. (3 votos)


Lectores Opinan
16-03-2024 Entretenido relato. Marcelo_Arrizabalaga
16-02-2024 Parece un relato verídico, me parece terrible la situación y no tengo palabras para expresar mi indignacion ante la falta de elementos para apagar incendios. MujerDiosa_siempre
15-02-2024 Entretenido relato. Marcelo_Arrizabalaga
15-02-2024 Me encantó la narrativa yosoyasi
15-02-2024 Ojalá se solucione ese problema. TETE
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