“Me conocía
Y yo a ella
Siempre la había conocido, desde el primer instante
Lo demás… no importaba
Era el pasado
Era, como si nunca hubiera existido
Era sólo, mi recuerdo de él…”
Grandes Esperanzas
Del Inefable Charles Dickens y este Mega Clasicazo de la Literatura
MADRESELVAS
Ya casi era la hora acordada
Como costumbre, él había llegado unos minutos antes porque pensaba que es preferible llegar antes, que llegar tarde
Faltando 10 minutos, ella aparece doblando una esquina
Se ven
Y se miran
Y se observan
El al verla piensa:”Está igual”
Y luego agrega:”Pero ha cambiado”
Ella se acercaba con una semi sonrisa entre nerviosa e insegura
Avanzó despacio hasta llegar a ponerse justo en frente
Justo frente a frente
Sin decir palabra
No era un silencio incómodo
Si existen momentos solemnes, este era sin duda uno
Viéndose cara a cara, después de tanto tiempo, los recuerdos comienzan a despertar
Los momentos
Las tristezas
Los amores
Los desamores
Los desencuentros
La ruptura
Se les triza la mirada y se contienen los sollozos
Pero todo eso era ya sin embargo, parte del pasado
Ya no importaba
Habían debido seguir su rumbo y hacerse cargo de sí mismo
Lo hecho, ya estaba hecho y no se podía cambiar
Esta reconciliación con ellos, era también una consigo mismos
Necesaria
En un momento, lentamente, se acercan
Y sin decirse nada
Se abrazan
Se abrazan cariñosamente como dos amigos que no se han visto durante mucho tiempo
Ella, envuelta en el abrazo, sin saber que decir, solo alcanza a susurrar, perdóname….
El, en el abrazo con ella, le responde también en susurros, perdóname tu a mi…
Eso era todo
No había que decir más
Habían pagado una vieja deuda
Habían sanado por fin una vieja herida
Habían encontrado la paz
Después de este largo invierno, podrían por fin, ver llegar la Primavera
Mientras tanto, a su alrededor
En medio de ese abrazo sanador
Como simbolizando este nuevo comienzo
Por todas partes, comenzaron a brotar Madreselvas
Randal Tor
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