Molly y los girasoles mágicos
Había una vez una joven llamada Molly, ella vivía con su padre enfermo y su madre, en una pequeña granja al pie de las montañas. Ellos eran muy pobres, su única manera de ganar dinero era vendiendo la leche que daban sus dos únicas vacas.
Un día Molly se levantó muy temprano y escucho a su madre llorando que le decía a su padre enfermó, que iba a vender lo único que les ayudaba a generar dinero, las dos únicas vacas, porque necesitaba el dinero para comprar su medicina y algo para despensa y que pronto llegaría el invierno y no tendrían como soportar el frío porque la casa era muy fría. Molly se quedó muy triste al escuchar a su madre llorando.
Su madre llamó a Molly y la mandó al mercado para que vendiera a las vacas, necesitamos el dinero para comprar la medicina de tu padre y la casa se está cayendo, por pedazos pronto llegará el invierno, debemos protegernos, mira también los vidrio, todos quebrados y si llueve el agua filtrará por los techos dañados.
Más tarde Molly cogió las vacas y salió a venderlas al mercado, y escucho a su madre gritar:
- Deben darte 10 monedas de oro por las dos vacas, no las vendas por menos.
Cuando la joven estuvo por la mitad del camino se encontró con una anciana. ¿Dónde vas preguntó la mujer?
- Buenos días, señora, respondió Molly. Estoy yendo al mercado a vender mis vacas.
- Yo te las compraré, ¿cuánto quieres por ellas? Le preguntó la anciana.
- Yo solo quiero diez monedas de oro por las dos vacas. Dijo Molly.
- Yo no tengo oro, dijo la anciana, tengo algo mejor que te hará convertir en la mujer más rica del mundo a ti y a toda tu familia.
- Que será señora, pregunto muy asombrada Molly.
- Solo tengo, estás tres semillas mágicas de girasol y cada una de estas semillas te concederá un deseo, ¿qué dices?, aceptas o no. Preguntó la anciana.
Molly pensó en su padre enfermo como en su madre y en la vieja cabaña en la que vivían y que pensó también que podría comprar muchas vacas más.
Así que Molly acepto, ella estaba muy emocionada por el negocio que había hecho y fue corriendo a casa a contarle a su madre sobre las semillas mágicas de girasol.
Su madre no estaba nada feliz ella estaba muy furiosa, pensaba que había perdido lo único que tenían para generar dinero.
- Eres una tota, le dijo su madre por cambiar las vacas por esas tontas semillas.
La pequeña se puso muy triste y salió corriendo decepcionada por lo ocurrido.
La madre cogió las tres semillas y las arrojo por la ventana.
La madre fue corriendo a contarle todo lo sucedido a su esposo enfermo.
Molly al ver llorando a su madre contándole a su padre, se sintió muy devastada se culpaba por lo sucedido y se retiró a su habitación a llorar por todo lo que habían perdido y ya no podrían comprarle la medicina a su padre y lo peor de todo que estaban más pobres que antes.
A la mañana siguiente cuando Molly despertó y abrió la cortina de su ventana vio tres enormes ramas de girasoles cada uno ellos tenían una hermosa flor en la punta que habían crecido donde su madre había arrojado las semillas mágicas, ella recordó lo que la anciana le había dicho.
Cuando ella se acercó y levantó su rostro pudo ver el primer girasol, y pensó en su padre enfermo y le pidió que sanará a su padre por completo, la flor empezó a brillar por unos minutos y de repente la primera flor mágica murió. Pero su padre había sanado por completo, su madre se puso muy feliz por lo ocurrido.
Luego Molly miro la segunda flor y le pidió salir de la pobreza y vivir confortablemente, la segunda flor empezó a brillar por unos minutos, luego murió.
Ellos estaban felices papá estaba completamente sano y ellos vivían mejor incluso tenía un dinero ahorrado en casa. Y solo les quedaba un deseo, pero Molly supo ser prudente y reservo el último deseo para otro momento.
Pero al pasar el tiempo algo cambio en papá, él se había deslumbrado mucho por el dinero. Un día mamá despertó y papá ya no estaba en casa él se había ido y, sobre todo se había llevado todo el dinero que teníamos en casa pasaran los días y él nunca volvió él nos había abandonado, mamá quedo muy devastada se la pasaba llorando y llorando todos los días por los rincones de la casa.
Molly no soportaba ver a su madre sufriendo y llorando por los rincones de la casa, así que pensó en la última flor mágica que le quedaba.
Así que fue corriendo se acercó a la flor mágica y le pidió que su madre comenzará a ser feliz y que se olvidará de todo lo malo que le había ocurrido.
Molly y su madre comenzaron a sonreír y comenzaron a trabajar y hacer mucho dinero en su granja así decidieron viajar por el mundo, por otro lado, su padre empezó a jugar y apostar perdiendo todo el dinero que se había llevado, quedándose en la ruina, entonces decidió buscar a su esposa y su hija cuando llegó a su casa, se dio con la sorpresa que ellas ya no vivían allí, ellas estaban viajando feliz por el mundo.
Finalmente, él esposo se quedó infeliz triste llorando y sobre todo Perdió el amor de su familia que tanto lo amaba.
FIN
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