Juntos por siempre parte 1
A la mañana siguiente de la fiesta que estuvo llena de sorpresas los dos jóvenes partieron a su luna de miel.
-Hijo, hoy inicias una nueva etapa en tu vida – le dijo Nuria a su hijo.
-Lo sé. Gracias mamá. Sin ti, todo esto no hubiera sido posible.
-Eres uno de mis hijos y quiero lo mejor para ustedes.
-Te amo, mamá.
Nuria no quería llorar. Sabía lo que significaba comenzar una vida a lado de la persona que ama.
-Ven para acá – le dijo Israel a su hermano – te vas mañana. Quiero que lo disfrutes. Es una oportunidad única. Irte a Canadá te ayudará con tu curriculum. Me siento orgulloso de ti.
-Gracias, hermano.
- ¿Te pasa algo?
-Estoy nervioso. Es otro país. Es otro mundo.
-Podrás con eso y más.
¿seguro? Vendrían pruebas duras para el joven.
Los novios partieron a su nuevo destino juntos.
La familia dejó los regalos en la casa Israel y de Oscar. Nuria se encargó de colocar los dos cuadros con aquellas palabras que los dos jóvenes se dedicaron cuando se casaron. Ella escribió una nota y los dejó arriba de todos los regalos. Alex y Nuria le arreglaron la cama con un edredón con el dibujo de dos médicos rodeado de un corazón rojo en el cual se podía leer el nombre de los dos jóvenes.
Para su luna de miel, Israel rentó una pequeña casa con alberca para tener más privacidad. Israel condujo hasta el pueblo que estaba rodeado por casas de renta. La playa estaba a unos quince minutos del lugar.
El dueño les entregó las llaves de la casa. Les dio algunas indicaciones y recomendaciones de lugares que podrían visitar en sus vacaciones. Los dos estarían tranquilos cinco días. En el momento en el que el dueño de la casa cerró la puerta, Oscar se despojó de la ropa y se metió a la alberca.
-Al menos conoce la casa – Israel le dice recogiendo la ropa del pasto.
-Confió en mi esposo – le respondió Oscar después del chapuzón.
Israel entró a la casa. Revisó que todo estuviera en orden y colocó las maletas en su lugar, se puso el bañador y salió de la casa exhibiendo el cuerpazo que tiene debido al ejercicio que hace todas las mañanas.
-Mmm, papacito. Estás buenísimo – lo chuleó Oscar.
El joven alcanzó a su esposo en la alberca y se besaron por largo rato. Era la primera vez que los dos estaban solos desde que se conocieron. Solos sin temor a que alguien les dijera algo. Ahora, eran dueños de sus vidas y estaban dispuestos a vivirla con todo y sus consecuencias.
- ¿Ahora sí mi esposo me hará el amor? – le preguntó Oscar a Israel.
-La estoy haciendo de emoción – respondió Israel.
Por la noche, acostados en el sillón dentro de la casa, se besaban. Se acariciaban, no era la primera vez que lo hacían, pero sí era la primera vez como esposos.
-Hazme el amor – le pidió Oscar a Israel.
Hicieron el amor. Los dos buscaron las mejores posiciones para sentir placer, en el sillón, en el piso, en la silla. Salieron a la alberca, en el pasto, sobre la camioneta hasta que llegaron a la cama para besarse, para sentir sus cuerpos sudados se placer, de éxtasis de amor, para abrazarse, para acariciarse.
Israel apagó las luces y se metieron debajo de las cobijas. Israel abrió una botella de vino tinto y la disfrutaron escuchando música y abrazados en la cama.
Mientras Israel la pasaba bien con su esposo, su hermano Alexander se lamentaba y al mismo tiempo estaba emocionado por ese arrebato de pasión. Miraba la foto de Cintia en las fotos que él había tomado con la cámara familiar.
El lunes por la mañana lleno de nervios preparó sus cosas para irse. Su familia lo acompañó al aeropuerto.
A las tres de la tarde el joven se despedía de su familia.
-Mi amor. Disfruta tu viaje. Es una oportunidad única. Aprende, estudia, conoce gente. Diviértete.
-Sí. Mamá, gracias.
-Anda – Nuria evitaba llorar.
-Hijo, cuídate. Ya te dijo tu mamá. Disfrútalo. Y por Abraham no te preocupes. Él estará bien – le dijo Emilio.
Alex abrazó a su hijo fuertemente. Nunca se había separado de él, solamente para ir a la universidad. Nuria vio cómo su hijo se fue alejando poco a poco de ella. Quería correr detrás de él y detenerlo. Pero ella más que nadie sabía que eso no era posible. Los padres no son dueños de la vida de los hijos.
Continuará…
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