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Inicio / Cuenteros Locales / carlosivankelso / Valeria Mazza y Emanuel Ginóbili en una aventura del Oeste con Sexo y Queso

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Ocurrió hace ya casi veinte años, cuando en un mega evento organizado por una importante figura de la televisión, coincidieron Valeria Mazza, la modelo top, de fama internacional, y Emanuel “Manu” Ginóbili, la estrella del basquet argentino y figura de la selección que ganó la medalla de oro en los Juegos de Atenas 2004.
Valeria y Emanuel se sacaron unas cuantas fotos y al terminar la top model le susurró al oído al basquetbolista: “Tengo que confesarte algo, Manu, me encantaría que me regalaras un par de zapatillas tuyas, bien grandes y olorosas, después de un juego de la NBA, que huelan fuerte, seguro sos un Quesudo, un tipo con olor a Queso, je, je”.
“Bueno, Valeria” contestó Emanuel algo sorprendido “no se si soy un Quesudo o no, pero bueno, sí, te regalaré un par de zapatillas, pero no aca, te las daré en el hotel en el cual me alojo, en forma secreta y confidencial, te espero mañana al atardecer”.
“Al atardecer” repitió entonces Valeria “los dos solos, sin ninguna otra persona, sin los Alejandro Gravier de la vida”.
“Al atardecer” dijo otra vez Ginóbili “como en un duelo del Oeste, sin los Alejandro Gravier y las Marianela Oroño de la vida”.
Y así llego la hora del encuentro, al atardecer, los dos solos en una habitación, Emanuel le dio una caja con las enormes zapatillas, bien grandes y olorosas, Valeria las tomó y las empezó a oler, lo hizo con mucha pasión y entusiasmo, le encantó, lo tomó al basquetbolista de la cintura y le dijo: “Tus zapatillas son deliciosas, pero quiero oler tus pies, vamos a la cama”.
Apenas pasaron unos instantes cuando los dos se estaban revolcando en la cama, Valeria le sacó las zapatillas, las medias y los pies de Manu quedaron descalzos, Valeria estaba desaforada, los olía, lamía, besaba y chupaba, una y otra vez, Manu no lo podía creer, pero le encantaba todo eso, y finalmente la penetró, metiéndole la pija bien adentro de la concha, Valeria sintió que estaba alcanzando el cenit de su vida, un punto de satisfacción y placer único, que no volvería a vivir nunca más.
Valeria y Emanuel quedaron exhaustos, pero eufóricos y contentos.
“¿Y Valeria, te gustó, todo esto?” le preguntó Emanuel…
“Me encantó, pero tengo más fantasías con vos, Emanuel, esto no es todo, ¿Sabes una cosa? Voy a fundar una productora cinematográfica y filmaremos una película juntos”.
“¿Una película juntos? ¡Ja, ja, me divierte eso!” dijo Ginóbili.
“Una del Oeste, ví unas fotos tuyas disfrazado de cowboy, me recalentó eso” dijo Valeria y agregó “vos vas a ser un cowboy forajido del Oeste, Charlie Quesobili, yo una bella dama que resulta ser una asesina profesional, Carla la Quesona, así se llamará mi personaje”
“¿Carla la Quesona? ¿Y yo, Charlie Quesobili? Pero suena todo a Queso”
“Por supuesto, todo sonará a Queso, porque en esta historia, yo soy la Quesona, vos el Quesoneado y habrá un Queso”
“Que indigestión de Queso, Valeria”
“Decime Carla de ahora en más, ja, ja, y yo te diré Charlie”
“Que indigestión de Queso, Carla”
“Así es Charlie” dice Valeria “te desafío a un duelo, vos crees que seré una presa fácil me subestimas por ser mujer y crees que me vas a derrotar con tus pies grandes y olorosos, pero yo saco un rifle, te asesino y te tiro un Queso suizo, con muchos agujeros, que te parece?"
“¿Me tiras un Queso? ¡Pero que divertido! ¡Me encanta esa historia para la película, eso sí, debo ser un cowboy bien forajido y peligroso, con un pasado muy turbio, un asesino, con pies grandes y olorosos, vos una mujer misteriosa, que en realidad es una asesina, Carla la Quesona, ja, ja, y el malvado Charlie Quesobili, un duelo de Queso, ja, ja”
“Aunque me subestimes por ser mujer, sacaría un rifle y te asesinaría en el duelo. Y para añadir un toque único, te tiraría un Queso suizo con muchos agujeros. Hasta podría usar el Queso como arma, ¿Te imaginas las balas saliendo del Queso suizo?”
“Jajaja, eso suena bastante inesperado. El público no esperaba que mi personaje fuera derrotado de esa manera. Pero me gusta la idea de interpretar a un cowboy forajido en el Salvaje Oeste. Sería un desafío interesante para mí como actor”
“Me alegra que te guste la idea, Emanuel. Creo que podríamos crear una película llena de acción y giros sorprendentes. ¿Qué opinas?”
“ Estoy emocionado por el desafío. Sería divertido explorar un personaje tan diferente a lo que estoy acostumbrado en el basquetbol. Además, el toque del Queso suizo con agujeros le daría un toque único a la película”

El pueblo de Trifulka City, en el oeste de Texas, estaba aterrorizado por la presencia de Charlie Quesobili, un cowboy forajido que se convirtió en un desalmado y sanguinario pistolero asesino. El polvoriento salón del viejo pueblo del Oeste resonaba con el tintineo de las espuelas y el crujir de las botas. Las botas que contenían los pies grandes y olorosos de Charlie Quesobili.
El salón se rodeo de silencio cuando Valeria, con su sombrero de ala ancha y su vestido de encaje, ingresó y se acercó a Charlie, quien estaba apoyado en la barra del saloon.
"Charlie", dijo con una sonrisa, "soy Carla, me dicen la Quesona, tengo una propuesta para ti. Sos un hombre con un pasado turbio, buscado por la ley y perseguido por sus demonios. Pero yo soy una asesina y te desafío a un duelo al atardecer".
Charlie se rió, ajustando su sombrero. "Valeria, no subestimo a las mujeres. Pero no puedo evitar notar tus pies pequeños y delicados. ¿Realmente crees que puedes vencerme? Mira mis pies grandes y olorosos"
Carla se inclinó hacia él, sus ojos brillando. "Mis pies pueden ser pequeños, pero mi puntería es letal. Sacaré un rifle y te dispararé antes de que puedas decir 'Queso suizo'".
Charlie arqueó una ceja. "¿Queso suizo?"
"Sí", dijo Carla, "un Queso con muchos agujeros. Un toque inesperado en nuestra duelo. ¿Qué dices, cowboy? ¿Aceptas mi desafío?"
Charlie sonrió, desenfundando su revólver. "Carla, nunca subestimes a un hombre con pies grandes y olorosos. Pero estoy intrigado. Hagamos este duelo cinematográfico. Y que el mejor tirador gane, pero antes tengamos sexo, luego disparemos nuestros Quesos".
Ingresaron en una habitación, Charlie simplemente se tiró a la cama, Carla le ofreció una suerte de streap tease, tras el cual, le fue sacando las zapatillas, las medias y lo dejo descalzo, así le empezó a chupar, oler, besar y lamer los pies, después de eso, que fue durante un tiempo largo, cogieron arrastrándose en la cama, con furia salvaje como una tropilla de caballos del lejano oeste. Quedaron exhaustos, pero contentos y eufóricos, después durmieron y descansaron: el duelo del Oeste estaba ahí.
Y así, en el polvoriento pueblo del Oeste, Valeria Mazza (Carla la Quesona) y Emanuel Ginóbili (Charlie Quesobili) se prepararon para un enfrentamiento épico. El sol se ocultaría, los disparos resonarían y el Queso suizo volaría en el aire. ¿Quién saldría victorioso en esta película de misterio y Queso? 🎥🔫🧀

El sol se hundió tras las colinas, tiñendo el cielo de tonos dorados y naranjas. Carla y Charlie se encontraron en el polvoriento cruce de caminos, sus miradas fijas una en la otra. El viento susurraba entre los cactus, como si también esperara el desenlace.

Carla empuñó su rifle, sus dedos temblando ligeramente. Charlie sonrió, su revólver listo. "¿Estás segura de esto, Carla?", preguntó. "No es demasiado tarde para rendirse".
Carla apretó los dientes. "No me subestimes, cowboy. He asesinado a tipos más peligrosos que tú".
El reloj marcó las seis en punto. Carla y Charlie se separaron unos pasos, sus sombras alargándose sobre la tierra reseca. El silencio era opresivo.
Entonces, sin previo aviso, Carla disparó. La bala silbó por el aire, pero Charlie se agachó a tiempo. Su revólver escupió fuego en respuesta. Carla sintió el impacto en su hombro, pero no se detuvo. Se tambaleó, apuntó nuevamente y disparó.

Charlie cayó al suelo, su sombrero rodando en la arena. Carla se acercó, su corazón latiendo con fuerza. "¿Algún último deseo?", preguntó.
Charlie sonrió débilmente. "Solo uno. ¿Por qué un Queso suizo?"
Carla se rió, a pesar del dolor. "Porque la vida está llena de sorpresas, Charlie. Y a veces, incluso en los momentos más oscuros, necesitamos un poco de humor absurdo".
Con un gesto rápido, Carla sacó un Queso suizo de su bolsillo y lo arrojó al aire. Los agujeros parecían ojos burlones.
“Queso” dijo Carla y tiraba el Queso sobre Charlie pero, este, agonizando, disparó…
La bala de Charlie encontró su objetivo, y Carla cayó junto a él.
"Buena jugada", murmuró Charlie, su voz débil.
Carla sonrió. "Nos vemos en la próxima vida, cowboy".
Y así, en el crepúsculo del Oeste, Carla la Quesona y Charlie Quesobili se desvanecieron en la leyenda. El Queso suizo quedó como testigo silencioso de su duelo improbable. 🌅🔫🧀

“Excelente” dijo Manu al leer el guión “será un film revolucionario”.
“Igual haremos varios finales, tiene que haber otro donde Carla la Quesona logra huir con impunidad después de haberte quesoneado, Emanuel Ginóbili, perdón Charlie Quesobili, ja, ja, ja”

Y así concluye la historia de amor de Valeria Mazza y Emanuel Ginóbili, un duelo en el Oeste con mucho Queso…

Texto agregado el 04-02-2024, y leído por 577 visitantes. (1 voto)


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