Mi fantasma se suicida entre una lluvia de colores, pues ya no aprecia razones sosteniendo su armonía, la tortuosa sinfonía que embriagó su corazón, sembrando aquel temor; segregando su vida. Ya no existe ni un cálido alimento, albergando su inacción, y su coraza persiste continuar el tormento que agrietó su amor.
Texto agregado el 26-01-2024, y leído por 118 visitantes. (2 votos)