La luna como rana de oro
se zambullía en la pileta del jardín.
Mi abuelo contemplaba el paisaje mientras las flores del manzano blanqueaban su barba.
El viento cantaba
resonando en el tejado...
Estoy enferma de recuerdos:
Esos inolvidables.
Como la humedad y la niebla de las tardes de abril.
Recuerdo travesuras de mi infancia:
Cuando me subía al ciruelo
comía sus frutos verdes
ácidos
provocando el enojo de mi madre.
Soy la misma:
mi corazón golpea igual mi pecho.
Recuerdo aquéllo
y mis ojos florecen como azulíes en el centeno.
Me gustaría extender mis versos y decirles con ellos mis palabras mas tiernas.
Victoria
Texto agregado el 21-01-2024, y leído por 528
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