Al final parte 35 FINAL

Israel ni por enterado de lo que pasaba con Elena. El maestro de ceremonias le dio la bienvenida a una de las tantas sorpresas que tenían para la boda.
- ¡Le damos la bienvenida al mariachi! – gritó el maestro de ceremonias.
- ¡Otra vez mariachi! Ay mi amor – le dijo Israel a Oscar.
-Para tí lo que sea.
Los mariachis entraron a la carpa tocando “el son de la negra”. Todos los invitados se levantaron y aplaudieron al mariachi en el cual estaba Pablo.
Después cantaron “si nos dejan”. Cuando terminó la canción, el maestro de ceremonias solicitó que la pareja pasara a la pista de baile junto con su familia. En ese momento la familia realizó un brindis de agradecimiento con la familia.
Emilio fue el encargado de dedicar unas palabras a los novios y a los invitados.
-Muy buenas noches a todos – dijo el hombre lleno de nervios – la verdad es que soy un hombre de pocas palabras. Lo único que quiero decir es que estos dos muchachos que se aman son responsables, y que todos los días salvan a tantas personas, hoy unen sus vidas. La familia les desea lo mejor. Agradecer a todos por acompañarnos en un momento importantísimo para ellos. Ahora, tengo muchos hijos, Alex, Camila, Israel y Oscar y por supuesto mi nieto Abraham y en un futuro a Yahir. Gracias a todos.
Todos brindaron en nombre de la pareja recién casada. Indicaron que en la pista solo se quedaran las madres de los dos jóvenes el mariachi y los novios. En ese momento Alex le dijo al oído a su hermano que Elena al parecer estaba algo indispuesta. El mariachi tocó “motivos” para acompañar el baile con sus madres.
Cuando terminó el baile con las mamás pasaron a su primer baile como esposos. El mariachi tocó “hermoso cariño” en la pantalla del salón comenzó a visualizarse un video con fotografías de los dos jóvenes. De sus salidas, parrandas y cuando estudiaron juntos en la facultad de medicina.
Los dos jóvenes se abrazaban. Estaban felices.
-Un aplauso a los novios – gritó el maestro de ceremonias - ¿quieren más mariachi? Pues en un rato el mariachi regresa mientras le vamos a sacar brillo a la pista. Acompañen a los novios.
La música sonó. El conjunto musical estaba compuesto por la esposa de Pablo que tiene un grupo musical. Por supuesto que los padres de Israel no faltarían en la pista de baile. Emilio no dejó de bailar toda la noche. No le importó no tener una pierna. Agradeció poder estar junto a su hijo en un día importante. Israel bailó con su mamá, con su suegra, con Margot, con sus compañeras y compañeros de universidad y del trabajo.
Había llegado la hora de la cena y el mariachi regresó tocando “sabes una cosa” ”mujeres divinas” entre otras.
La fiesta continuó y Alex invitó a bailar a Cintia. Por alguna razón, desde que estaba en la alberca la comenzó a ver diferente. Se notaba más sensual de lo normal.
-Cinta, ¿te gustaría bailar conmigo? – Alex le extendió la mano a la mujer. A nadie le pareció extraña esa situación.
-Claro. Vamos – respondió la mujer poniéndose de pie y tomándolo de la mano.
Laura, una de las enfermeras que es parte del equipo que siempre entra a cirugía estaba en la fiesta. Ella iba con su esposo. También bailó con la joven pareja. Mientras que Martín, invitaba a bailar a Margot y le pedía su número de celular para invitarla a salir.
En una pequeña distracción de Claudia, Alex se levantó de su silla y fue detrás de la mujer. Cintia había ido al tocador cuando sufrió un pequeño incidente. Su vestido se atoró con la puerta del retrete.
-Ash, no puede ser. Mi vestido se atoró. No, no.
La mujer salió del tocador y ahí pasó algo que cambiaría la vida de muchas personas.
- ¿Te pasa algo? – le pregunta Alex.
-Ay, Alex. Qué pena. Se me atoró el vestido con la puerta.
- ¿Se rompió?
-Sí.
La mujer giró y Alex vio un pequeño hoyo en la parte trasera del vestido. El joven le ayudó. Pero entre un coqueteo y otro, Alex metió la mano de más. Cintia no hizo nada para detenerlo. Alex tocó el trasero de la mujer sin ninguna pena. Alex mide 1.85 de estatura y Cintia es mucho más baja de estatura, pues eso no fue impedimento para que la mujer se acomodara.
Alex quitó las manos del trasero de la mujer y se ofreció a ir por “algo” para ayudar a la mujer. Una goma de mascar ayudó a que el vestido quedara pegado por dentro. Los dos regresaron a la mesa.
- ¿Dónde andabas? – preguntó Claudia.
-Fui al sanitario.
- ¿Bailamos?
-Sí. Antes de que pase la sorpresa – respondió Alex
- ¿Qué sorpresa? -preguntó Claudia.
-Ya verás.
Cuando terminó la canción, algunos invitados como los compañeros de la universidad y las damas de honor y el hermano de Israel se habían ido a cambiar de ropa. Había una sorpresa de Oscar para Israel.
-Les pido un minuto de su atención – dijo el maestro de ceremonias – solicito la presencia del novio Israel. Aquí conmigo.
El joven pasó al frente buscando a su esposo.
-Tenemos una sorpresa para ustedes y el novio.
Israel se sentó en una silla que le habían colocado. Escuchó la canción everybody de los backstreet boys. Tanto las damas de honor como los compañeros de universidad como Alex comenzaron a bailar. Estaban en sillas con lentes oscuros y traje oscuro sin camisa. Las damas traían debajo del saco un bra negro. Todos en la fiesta gritaban por la sorpresa.
Todos los médicos hicieron un desastre en la pista cuando sonó la víbora de la mar. Soltaron el ramo que fue para Cintia y la corbata fue para Martín.
Los novios partieron el pastel y continuaron con la fiesta. Al ritmo de la música se comenzó a calentar la cosa. Entre canción y canción, Alex y Cintia se acercaban más y más. El joven se había quedado encendido con Cintia. Tenía varios meses de no hacer el amor con su novia por el viaje a Canadá. El joven tenía muchas ganas atoradas, pero ahora de estar con una mujer experimentada como lo era Cintia.
Alex se levantó de la silla y salió de la carpa para cruzar el lago por el puente y trasladarse detrás de los árboles enfrente de la fiesta. Alex no soportó y besó a la mujer.
- ¿Qué haces? ¿estás loco? – le preguntó Cintia.
-Tienes razón. Estoy loco.
El hombre se iba cuando Cintia lo tomó del brazo y le dijo;
-Ahora terminas lo que comenzaste – le dijo Cintia.
Los dos se arrimaron al rincón y se besaron intensamente. Alex se agachó y subió el vestido de la mujer madura, le bajó la pantaleta y vio su entrepierna. Alex en un arrebato lamió el sexo de Cintia. La mujer abrió la boca por instinto y gimió. Alex levantó la pierna de la mujer y puso en el hombro de él para tener más apertura. En la completa oscuridad no lograba ver nada, solamente escuchaba la música y los gemidos de la mujer. Olio el sexo de la mujer que comenzaba a estar húmedo. Introdujo la lengua y la lamió hasta encontrar el botón de placer. Introdujo los dedos comenzando a masturbarla. Cintia llegó al máximo del placer con la lengua y dedos del joven. Alex estaba bastante duro, sacando el miembro y masturbándose hasta llegar al clímax en su propia mano.
Después de tremendo arrebato de pasión, la mujer colocó la ropa en su lugar y Alex se enjuagó la mano en el lago. Cintia cruzó el puente hasta llegar a la mesa que estaba vacía. Camila estaba bailando en la pista junto con sus papás y hermano. El pequeño Abraham estaba en brazos de Israel.
Claudia exigía la atención de su novio, pero el joven ya miraba para otro lado. Al calor del reggaetón, el joven recordaba lo que había hecho con la suegra de su hermano.
Cuando la fiesta había terminado pasadas las dos de la mañana, los compañeros de los nuevos esposos los cargaron para llevarlos a una de las albercas. Ahí los aventaron y todos se tiraron a la alberca.
Los dos jóvenes habían terminado empapados en la alberca. Salieron y la administración les proporcionó toallas para que se secaran.
Todos se retiraron de la fiesta. La familia de los novios se fue a sus respectivos cuartos y los novios se durmieron en un instante. La fiesta había estado intensa.

Continuará…

¿Qué viene para la nueva pareja? ¿Qué retos tendrán que enfrentar?
Te invitamos a que continúes con la historia “Juntos por siempre”