Me desnudo,
en el desnudo mar,
donde danzan los peces,
las golondrinas pescan,
en medio de las olas,
que flotan con el esfuerzo
De sus criaturas.
Allí donde la crueldad
no llega,
porque su roce es de agua,
su lamento de sal.
Su casa construida de arena
no permite
que la denigren
Los malos soles impostores.
Danzo con las aletas,
de la vida,
con mis piernas,
De luna enamorada.
Mi vestimenta se forjó
de orquídeas
que navegan libres
entre enaguas,
de sedas bordadas,
y hebras doradas de luz.
Allí donde florecen,
los hombres de plata,
arrastrando sus espadas
templados de coral
Salado.
Desnuda como el mar,
inundados de peces,
navego en alta mar,
por la corriente marina,
en medio de su verdes,
esmeraldas,
que rugen, que callan,
que huele a loción
de seres vivos,
inocentes se desquició.
Allí me cobijo,
en sus entrañas profundas,
en su larga orilla, en su templado lenguaje,
milenarios,
en su tersura,
en su actividad de andar
Oleajes.
A-M-R |