Sí claro, está bien que la señora D siempre quiso conocer India. Que leyó al respecto y se empapó de India a todo lo largo y ancho del país. Y también coincido con ustedes que se encuentra algo sola desde que quedó viuda. Pero caramba, ¡no hagan bromas! ¿Qué clase de candidato le trajeron? Será un señor muy apuesto allá, pero convengamos que para el gusto occidental, dista bastante de lo corriente con esos enormes bigotones retorcidos que sueltos han de llegar al metro y medio fácilmente. Y la simpática señora no está tan desesperada, se los aseguro.
Recuerdo muy bien cuando cierto día me hizo una confidencia al respecto. De manera que ¡a otro perro con ese hueso! Sin embargo, ése hombre quedó al ver su foto (que ustedes también se ocuparon en enviarle), tan perdidamente enamorado, que pasó noches enteras sin dormir ante la posibilidad de conocerla, pero desconfiado como era, contrató un Detective de Boda, que allá es más que común, a fin de averiguar antecedentes de la atractiva mujer extranjera que conoció gracias a ustedes, compañeros de cierta página de literatura...
Es que el hombre, no podía creer la suerte que había tenido en conocerla. Ella, una mujer tan hermosa y tranquila, tan juiciosa y adorable, que parecía no hacer el menor caso a sus galanterías, lo cual lo incentivaba más y más para conseguirla a cualquier precio. Por suerte para nuestra protagonista, el informe completo de sus aventuras desquiciantes, bastó y sobró para que el pretendiente pusiera sus pies, barbas y bigotones retorcidos agarrados con cintas, en remojo. El caso es que ella se encontró feliz y a sus anchas en Calcuta al día siguiente nomás que su candidato se evaporase.
Allí, en Calcuta, donde el tránsito es un completo caos, y las bocinas se tocan al mismo tiempo cada treinta segundos, donde el sonido general del tráfico se puede equiparar al de un avión Jumbo despegando y el sonido ensordecedor parece un taladro horadando la sensatez y cordura de todos sus habitantes, se sentía en el séptimo cielo. En Calcuta los camiones invitan a tocar la bocina con grandes pintadas en su parte posterior y parecen manejar todos a fuerza de bocinazos, no de nafta. Los coches tienen guirnaldas florales en todo el capot, ya que antes de conducirlo, se lo bendice y santigua íntegro, por las dudas. ¡Y muchos llevan chiles y limas en las puertas delanteras para ahuyentar al diablo! Allí se mueve una energía caótica en extremo, y los ruidos junto a la inmensa cantidad de gente semejante a hormigas, aturden. Hay que andar a los saltos entre ellos, los camellos, los elefantes, y las vacas sagradas acostadas en el pavimento, con cuidado de no pisar el estiércol y las heces humanas, por la escasez de viviendas y miles de personas que habitan en las calles o se amontonan en los barrios bajos, mientras las chabolas de barro carecen de instalaciones sanitarias, por lo que todo va a parar a esas calles.
De manera que nuestra amiga, se encontró inmensamente dichosa, zarandeada de un lado para el otro llevada por la multitud. Le fascinaba que haya tan poco espacio en las veredas y que pudiese encontrar lo que fuera necesario en tan sólo 20 metros de acera. ¿Se te rompe el paraguas? No te preocupes, siempre habrá un hombre que te lo arregle. ¿Necesitas ponerle suela a tus zapatos?, pero ningún drama, un señor extiende su mano para que se los alcances y poder arreglarlos ahí mismo,en la vereda. Y si quieres cortar tu cabello, maquillarte (lo cual hizo nuestra amiga) o que te cosan un traje o un vestido de fiesta, todo lo encontrarás allí. Pedicuros, gente que te pone los huesos en su lugar en medio de la carretera, e incluso limpiadores de oídos que te persiguen para que estés siempre hecho un primor. Por lo que salió la señora D después de caminar esos pocos metros, ¡¡¡renovada y lista como para filmar una película en Bollywood!!! Pero antes de ir allá para ofrecer su increíble talento, la idea era pasear en elefante a través de las congestionadas calles. Es así que se interiorizó al respecto. Le hicieron entender- luego de muchas horas y en varios dialectos - que eso no iba a ser posible, salvo que tal osadía sirviera para evitar una tercera guerra mundial, de no ser así, le explicaron que era mejor olvidar esa atrevida y trastornada idea. ¿Se imaginan la de accidentes que hubiese provocado? Si nos trasladamos imaginariamente, podremos ver al elefante que ya había contratado, bien solo y triste, luego de enterarse que ese día, no podrían pasear.
La querida señora, sin siquiera tomarse un descanso, quiso entonces aprovechar la imagen rutilante que tenía, y se dirigió raudamente al Film and Television Institute of India. Su idea (digna de la Madre Teresa), era ofrecer el regalo de todos sus dones y talentos. Se conocía como una artista inigualable, poseedora del arte de la Danza, el Canto y la Actuación en su máximo nivel. Sabía que el cine indio es tan antiguo como el mismo cine, poco después que los hermanos Lumiere lo mostraran en París, fueron a Bombay, donde los indios de inmediato lo adoptaron. También sabía que India tiene la industria cinematográfica más grande del mundo y le genera dinero como ningún otro medio lo hace. Así que ¿cómo no aprovechar esa oportunidad para que el mundo todo la conozca y admire a rabiar, amén de elevar a India al plano de Primerísimo Primer Mundo? Bueno, les diré que sólo fue cuestión de entrar al Instituto y de salir a los tres minutos y medio, con el rabo entre las patas. Allí impartían clases, no tomaban a nadie, y menos que menos a una mujer que sólo sabía hablar en español "argentinizado" y encima ¡con tonada cordobesa! ¿Dónde se había visto eso? ¡Ni siquiera en Bollywood!
Al regresar al hotel donde paraba, comenzó a buscar el teléfono del indio aquel, sí, el de los bigotes tan simpaticones. Ya sabría convencerlo que el informe del Detective de Boda era pura falsedad, que ella era casi como una dulce y pálida geisha, tan calladita y sumisa, ejem...Fue hasta allá. pero no se encontraba en la mansión, por lo que habló primero con quien parecía su mayordomo y luego con su Maestro Espiritual, al cual convenció de que ella había estudiado con diversos gurús y que comprendía a la perfección el Vedanta y los 108 Upanishad. El Maestro asombrado, la invitó a darse un refrescante baño en el Ganges antes de visitar a Don Bigote, ¡epa! digo, a Sri Paramjit (el bigotudo). Por lo que alegremente consiguió que dos señoras la llevaran en su auto hasta el Ganges, donde se unió a un grupito alborozado de señores, jugando con ellos hasta que las velas dejaron de arder. Cuando retornó bien limpita por supuesto, fue presurosa a conocer la mansión de Don Sri Paramjit y hete aquí, que para su sorpresa, se encontró con toda una familia formada por Don Paramjit y media docena de esposas, incluyendo suegras y niños varios, y con la supuesta"mansión" bajo medio metro de agua, como algo normal. ¡Ante lo cual puso sus diminutos pies en polvorosa! ¡De buena se había salvado! Y era ése hombre, quien tuvo la osadía y desfachatez, ¡de querer investigarla a ella nada menos...! Ya más tranquila y feliz, se encaminó hacia los diferentes Ashrams que quería visitar antes de su partida. En realidad, todo el viaje a India lo tenía planeado desde muy chica, cuando comenzó a interesarse por el sentido de la vida. Sí, estimados señores, por más que les cueste creer, la inefable mujer, no era tan sólo rulos y ojos grandes, no eran solamente locuras y disparates, ¡en lo absoluto! A ella le interesaba sobremanera el tema espiritual y sabía bien que con eso, no se jugaba. Así que el fin primigenio de visitar India, era encontrar un verdadero Maestro Espiritual, un guía que le mostrara el sendero, el camino verdadero. Encontró Faquires por doquier, hombres que no ingerían alimento alguno, ni tomaban agua desde hacía décadas, otros que materializaban relojes "Rolex", o vivían sumergidos en el agua sin respirar durante años, vio quienes subían por una cuerda suspendida en el aire aparentemente sin soporte alguno, incluso pudo ver otros que se clavaban cuchillos sacándose (aparentemente) sus órganos a la vista, ajjj... todos éstos a ella no le interesaban, eran como magos con miles de trucos, no quien necesitaba encontrar.
Durante su odisea, le ofrecieron de todo, incluso hacerle un estudio de "Rumpología". Para quienes jamás escucharon el término, les comento que se trata de un concienzudo estudio de los glúteos, su musculatura, cicatrices, grietas y demás accidentes "topográficos" a fin de predecir el futuro, ejem...Nada de esto le interesó, sólo buscaba alguien digno del nombre de: Maestro. Hubo alguno que otro que le hubiese encantado conocer, pero ya no se encontraban en este plano. Llegó a un Ashram que le gustó por su sencillez y tipo de vida casi monacal, (algo diametralmente opuesto a su forma de vida), pero bueno. Comió vegetales con arroz y durmió sobre una esterilla en el piso. Cantó y bailó música devocional, lloró, se rió y oró en Indiy Bengalí, sin tener ni la menor idea de lo que decía, y se abrazó con centenares de personas sudorosas y desconocidas. Al Maestro no lo vio, dado que se encontraba de gira internacional. Compró todas las fotos de él, y acaparó la mayoría de los rosarios hindúes que le vendieron, hizo numerosos amigos entre los Sannyasin, todos la mar de simpáticos, con sonrisas perpetuamente insustanciales.
Hubo un momento en que se vio muy tentada a dar un Darshan personal, o sea, una charla inspiradora, ya que en ese ambiente fluía como la seda. Sin embargo, al adivinar su idea y ver cómo se preparaba, la contuvieron entre varios y le impidieron darla mediante el práctico uso de la fuerza.¡Habrase visto! En realidad -pensó asombradisima- los que perdieron fueron todos ellos. Hubiera suplido perfectamente al Maestro, mientras éste hacía sus giras. Nadie se hubiera dado cuenta de su ausencia, es evidente que la gente ignora muchas cosas, pensó.
Bien, ya era hora de dirigirse hacia el Aeropuerto, donde (imagino que con tal que se fuera), tuvo la agradable sorpresa de dos apuestos mozos que la esperaban, para ofrecerle un lindo picnic como agasajo desplegando un alegre mantel a cuadros rojos y blancos, en la pista de salida y aterrizaje. Se divirtieron los tres a lo grande, y entonces, ya bien fortalecida física y emocionalmente, tomó el avión en vuelo directo a China.Tenía por delante casi once horas hasta Shanghai, así que improvisó un show para los pasajeros que la tuvieron que aguantar entre desconcertados y estupefactos. Los muchachos quedaron tristisimos por su partida, pero tenían que entender que ella no se puede repartir en mil partes, "aún" no es Omnipresente.
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Les brindo a mis queridos compañeros este cuento, como regalito de Navidad y Año Nuevo, deseándoles que disfruten un año maravilloso, lleno de luz y amor!!! |