La rebeldía es nuestro estado transitorio del ser,
que, dividido entre el mal necesario y la negación,
crea una actitud tan personal, tan íntima y ajena
en el deber sincopado que nos obliga a aceptarla.
Es esa verdad pantanosa y esa incorrecta actitud,
altiva duda que eleva nuestro pathos al pedestal,
nos distingue, nos reafirma sin confirmar nada,
identidad adquirida en el mercado de préstamos.
Empeño que latente nos acompaña toda la vida,
entre la realidad presente y una inocua nostalgia,
en la eterna deuda,una máscara que nos retrató,
un retrato infiel a nuestros elementales principios,
en el arquetipo idealizado, en un algoritmo fugaz.
Y ya que vendimos nuestra alma al mejor postor,
en el ingenuo inconsciente que nos autorretrata,
inocencia de una postura tan hostil como infantil,
en la ajena, en esa calculada teoria conspiratória
que me sedujo, me doblegó desde mii más tierna edad
Voy a cobrar el más alto peaje a mi consciencia,
al abandono de mis acostumbradas costumbres,
a aquel reflejo difuso perdido entre el decir y lo dicho,
abrazado a una servil entropía que me confunde,
que me debería servir y sin embargo a la que yo le sirvo.
JIJCL. 16 de diciembre de 2023.
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