Al final parte 29

La pareja estaba feliz con su nueva casa. Utilizaron parte de sus ahorros para apartarla. Emilio por la noche subió al cuarto de su hijo y le dijo lo que pretendía hacer.
-Hijo ¿podemos hablar?
-Claro, papá ¿Qué pasa?
-Siéntate – le indicó su padre – quiero decirte algo.
-Te escucho.
-Sé que Oscar y tú utilizaron sus ahorros para pagar parte de la casa.
-Sí, papá. Él y yo trabajaremos para pagar la casa.
-Eso mismo quiero decirte. Sé lo difícil que es pagar una casa. Hace poco, tu mamá y yo terminamos de pagarla.
Israel no entendía a dónde quería llegar su padre.
-Lo que quiero decirte es que yo te pienso dar la mitad del dinero para que pagues tu casa.
Israel lo miró sorprendido.
-No, papá. Yo no puedo permitir eso. Oscar y yo lo haremos.
-No. Permíteme que te ayude. Es mi deber ayudarlos. No quiero que padezcan. Se van a casar, es la fiesta, el salón, la luna de miel, los muebles de la casa, la remodelación.
-Ay, papá. Todos nos están ayudando. No sé cómo pagarte lo que estás haciendo por nosotros.
-Siendo un buen hijo. Así nos vas a pagar – le respondió Emilio.

Aunque la familia de Israel y de Oscar estaban de acuerdo con su relación, en algunos casos, otras personas no están dispuestas a respetar las decisiones que otros hacen con su vida, ejemplo lo que vivieron la pareja en los servicios infantiles.
Fabricio les pidió ir a su despacho para aclarar algunos puntos sobre la adopción. Los dos jóvenes se presentaron después de trabajar. Israel le llamó a su mamá para decirle que verían a Fabricio y después pasarían a la casa. Talvez no llegaría a dormir.
-Solicité que estuvieran aquí para poner en claro algunos puntos sobre el proceso – comentó Fabricio en su despacho.
- ¿Todo bien? – pregunta Israel.
-Primero, Yahir está con su mamá y seguirá con ella hasta que el proceso termine. Entre más rápido mejor. Mejor para el niño, para Francis y para ustedes. Ahora ¿se casarán?
-Estamos en eso – responde Israel – compramos una casa. Estamos organizando la boda.
-Entiendo. Les quiero decir que no es fácil, la trabajadora social y el personal a cargo de servicios infantiles está muy rudo. Pero para eso estoy aquí. Tienen que estar preparados para lo que venga.
-Pero ¿la adopción es un hecho? – preguntó Oscar.
-Lo es – dijo no muy convencido - yo quiero preguntar si ustedes están seguros de adoptar a Yahir. Recuerden que en caso de no hacerlo lo más seguro es que el niño pase a manos de un orfanato.
Israel negó con la cabeza. No lo permitiría.
- ¿Cómo está Francis? Y ¿el niño? - Israel cuestiona.
-Los dos están bien. Aunque Francis ha bajado de peso. Pero el niño está bien gracias a lo que sus abuelas le envían. En el penal hay muchas carencias. Otra cosa, también los llamé para decirle algo. Necesito que se presenten el jueves en una notaría para la lectura del testamento de Flavio - Los dos jóvenes se miraron extrañados.
- ¿Flavio dejó testamento? – preguntó Israel.
-Sí. Yo mismo lo redacté a petición de él. Fue cuando estaba enfermo. Me lo pidió.
-Entonces ¿tú sabías que Flavio estaba enfermo? – Israel le reclama.
-Me enteré poco antes de que tú. Conozco el contenido del testamento. Pero lo podrán saber hasta el jueves. Aquí tienen la dirección de la notaría. También está citada tu abuela Clara y mi hermano Héctor.
- ¿Razón?
-Ya lo sabrán.
Los dos se fueron a la que sería su casa. Se sentaron en el piso de la terraza.
- ¿Qué piensas de lo que nos dijo Fabricio? - pregunta Israel.
-Dijo muchas cosas – Oscar se sentó en el piso justo enfrente de su novio.
-Pues, del testamento.
-No me lo esperaba ¿Qué puede decir ese testamento?
-No lo sé. Y ¿del niño? Créeme, no sé si estoy preparado para ser padre – Israel se sinceró.
-Yo tampoco. No me puedo ni cuidar solo. Pero no podemos permitir que el niño vaya a un orfanato.
- ¿Entonces? – preguntó Israel - ¿aceptas el reto? – Israel le dio la mano a su novio
-Está bien. Espero ser un buen padre – Oscar tomó la mano de su novio y le dio un beso en la misma – lo que nos dio tu papá nos ayudó muchísimo.
-Lo sé. Con eso prácticamente pagamos la casa. Solo nos falta la boda y los muebles. Ya veremos cómo conseguir el dinero.
Los dos se acostaron en el piso. Los dos miraron las estrellas, tomados de la mano.

El jueves, la pareja se presentó a la notaría junto con Clara. En el lugar ya estaba Héctor Medina. Los dos viejos tenían tiempo de no verse. La última vez que se vieron fue en el velorio de Flavio. Israel había visto muy desmejorado a Medina, su maestro de la universidad, muy maltratado. En ese momento el hombre lucía limpio y muy guapo. Traía anteojos, el cabello corto, rasurado y con la típica camisa azul marino sin corbata.
Fabricio entró a la oficina y el notario comenzó con la lectura del testamento. Todos ponían atención a las palabras del fallecido que pronto cumpliría un año de muerto. Todo iba bien hasta que todo escucharon lo siguiente;
“…Mi madre me heredó dinero. Nunca lo utilicé porque nunca supe en qué. Pronto moriré y resulta que cuando te mueres no te llevas nada solo una maleta llena de recuerdos. Lo material es para los vivos por ello quiero que mis bienes se repartan de la siguiente manera;
El departamento, ubicado en avenida Constitución, fraccionamiento las torres, departamento doce. Está a nombre de mi papá el doctor Héctor Medina.
Dividiré mi dinero en cinco partes.
Quinientos mil pesos serán depositados en la cuenta de la señora Clara Quintana.
Un millón quinientos mil ochocientos cuarenta pesos serán depositados a la cuenta del doctor Oscar Alejandro Pérez Aguilar.
Dos millones setecientos mil pesos para el doctor Israel Quintana Escalante.
Cuatrocientos mil pesos para la doctora Francisca Joya Molina.
Y el resto, un millón novecientos mil pesos para mi hijo Yahir.
Fabricio tiene instrucciones para la repartición de los bienes. Israel y Oscar serán los asignados para la administración del dinero de Yahir. Francis cuando salga de la cárcel, Fabricio se encargará de darle el dinero a ella.

Todos estaban sorprendidos por lo que habían escuchado. A Héctor no se le hizo raro lo que estaba escuchando porque pocos días antes de morir, Flavio le contó una parte de lo que había pasado aquel día, el último día del “espectáculo”. Le dijo que él mismo le pidió a Francis tener relaciones sexuales. Los dos estaban algo ebrios – mentira – estaban completamente conscientes de lo que estaban haciendo. Héctor creyó en las palabras de su hijo. Ahora, el viejo doctor tiene a su primer nieto.
- ¿Preguntas? – el notario los miró a todos sorprendidos.
-Perdón – Israel levantó la mano - ¿Flavio tenía todo ese dinero?
-Sí - Respondió Fabricio - Los abuelos y la mamá de Flavio eran millonarios. Ese dinero se lo dejó a Flavio. Todo está en orden. Yo tengo todo lo necesario para que ese dinero esté lo antes posible en sus cuentas.
Oscar se mantuvo alejado de Medina, nunca fue de su agrado. Oscar se preguntaba por qué Medina no había hecho ningún tipo de reacción respecto a “mi hijo Yahir”.
-Abue ¿Qué vas con nosotros?
-Me quedo, hijo.
Israel miró a Medina, lo saludó y todos regresaron a sus vidas después del impacto que recibieron.
Medina y Clara caminaron por la calle. Estaban tomados de la mano. Tenían muchas cosas de qué hablar.
- ¿Qué harás con el departamento? - preguntó ella.
-Lo venderé. La verdad es que todo huele a Flavio. Le daré ese dinero a Yahir.
- ¿Tú sabes lo que pasó? – le preguntó Clara al médico.
-Sí. Flavio me lo dijo. Antes de que llevaran la cama de hospital a la casa me dijo lo que había pasado ¿Cómo has estado?
-Bien. A veces no puedo dormir.
-Te extraño – dijo el viejo – me haces mucha falta.
-Tú te fuiste de la casa. Nadie te corrió. Tu lugar está en la casa conmigo, no en el departamento de Flavio. Él ya no está. Déjalo ir. Solo nos tenemos el uno del otro.
El hombre abrazó a la que todavía es su esposa y la besó.
Los dos viejos se fueron al salón “La Caverna” ahí varias parejas asisten para dejar sus mejores pasos de baile en la pista.

Continuará…