Creo en la fuerza invisible del crecimiento interior.
Creo en mis propios pensamientos, creadores de mis circunstancias y anhelos.
Creo en mi y mi capacidad co creadora de mis indivisibles realidades.
Creo en la locura como vía alternativa apaciguadora de dolores.
Creo en la energía que se mueve en mis entrañas que vibra entre música y melodías de almas.
Creo en lo intangible como medio manifestador sintergico.
Creo en mi misma como un todo de energías conjuntivas.
Creo en esta vida, que como río de lava se me escapa y me quema.
Creo en el ardor que arde en los ríos de mis venas.
Creo en la transformación silente que nadie sostiene.
Creo en mis sueños, en la manifestación próxima de mis deseos.
Creo en las forma ortodoxas y sencillas para la creación de destinos.
Creo en mi ansiedad palpitante en tardes o medio días, que me empuja hacia el correcto camino.
Creo en la adversidad que me mantiene despierta y me desasosiega.
Creo en la corrección natural que viene tras el desastre.
Creo en la tendencia entropica como única vía hacia la entalpia.
Creo en la profundidad de mi alma inexorable, que a velocidades inexpugnables se dirige.
Creo en mi y en mis pasiones incongruentes que como arcilla moldeo dándoles forma.
Creo en el polvo de hadas y estrellas que como magia las transforma dándoles vida.
Creo en la acción y el desespero de la pasiva espera.
Creo en todo y la materia, creo en la nada y la antimateria.