Sucedería la vida como en los versos mas desgarrados, como precognicion buscada.
Agosto finalizaba y junto a estos días el miedo al porvenir de mi nuevamente se adueñaba.
Hable muy pronto, hable demasiado, me pasa a menudo, digo mucho, no me guardo casi nada.
Había intentado dejar el vicio de pensar que cuando todo marcha bien y en calma es porque en el ojo del huracan andaba.
Así fue, así sucedió, no alcance a optener el tercer reemplazo, sentí mi vida acabada.
Repentino un día gris, en un arranque fit, uno de mis huesos fracturaba, mi vida ahora si estaba desequilibrada.
Habían sentimientos previo a esto, en mi encontrados, creo que dentro de mí, volver al lugar que amaba, no deseaba.
Percibía y pensaba que por una frase que una vez con el conversada, mantenerse ahi cerca, en ese lugar y momento, lo alejaba.
Llore por mi sino, mi pequeña tragedia, ya cerca de el no estaba, un par de mensajes ocasionales a veces intercambiaba.
En el momento más turbio, sus palabras suaves y bromas matinales me calmaban.
Creí que a pesar de todo, volver a verle de cerca, ya nunca más pasaba.
Sucedieron semanas, a veces la chispa parecía avivada, no poder caminar, mis entrañas desgarraba.
Amigos maravillosos me visitaron, ellos lo habían visto, lo nombraban, en las noches viendo al mar yo lloraba y a la vida los porque le preguntaba.
Fue una mañana, precedió una llamada, parece que los astros, dioses y el universo me había escuchado.
En un par de horas más, en mi departamento estaba. |