Pero, como podía ser Ego la persona adecuada, insistía dentro de mí, era una trampa del universo.
El estaba lleno de señales, que desde mi perspectiva indicaban un alerta, a no pasar.
Su nombre, su fecha de cumpleaños, su estatus civil, familiar, quirúrgico, hábitos nocivos, profesión.
Nada de eso estaba en el guión programado por mi, el no cumplía los parámetros impuestos por mi, esos que me acercarían mas a ese guion del mercado, de películas y novelas. El no debía ser.
Pero, siempre hay un pero en toda historia.
Estaba ese algo en el, llamemoslo energía, fuerza vital, vibra, conexión, entendimiento, reconocimiento, ese sentir interno y real cuando se está cerca de esa persona reconocida al instante.
Pude asi entender que sin si quiera tocar a una persona puedes sentir y percibir todo solo a través de gestos, miradas, solo a través de lo intangible.
Todo paso a ser confuso, todo comenzó a perder sentido, o mejor, todo comenzó a tomar el sentido real.
Moviendo cimientos desgastados, como terremoto, temblor, vendaval, huracan que te reinicia y replantea expectativas.
Regresar al camino, volver a uno, a las capas profundas de tu psique, alma, inconsciente y espíritu.
Parecía y parece un retroceso, el castillo de arena cae, pero sin duda y con cierto resquemor, comprendes que es un avance.
Replantear todo, descubrir que el guión perfecto, no es tu esencia, esta ausente de alma, de pasión y de sentir.
Comenzar a entender muy superficialmente que la vida no debe ser perfecta, debe ser vivida desde la esencia.
Darse cuenta en ese momento, que la perfección no importa, que la lista de banalidades deja de importar cuando lo que se siente no se logra explicar.
Esto genera miedo, desorientación, incertidumbre, paraliza, te deja en pánico, con un aparente sin propósito. Porque dejas de ser lo que el entorno aspira de ti, pero eres tu mismo, liviano desde tu esencia.
Entonces asimilas, comprendes y entiendes, quizas con algo de resentimiento que cuando el alma te quiere hacer volver a ti, te sacude tan fuerte que hasta los huesos te parte, cuando te alejas del camino, de tu propio camino.
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