¿Sellará el desarrollo tecnológico el dominio de los países ricos sobre los pobres?
Jober Rocha
El desarrollo tecnológico es un factor importante para el crecimiento económico y la mejora de la calidad de vida de las personas. Sin embargo, la relación entre países ricos y pobres es compleja y no puede reducirse a un solo factor.
Según el economista israelí Oded, la desigualdad de riqueza entre naciones persiste debido a factores como la geografía, las instituciones locales, la cultura, la diversidad genética y los impactos de todo tipo provocados por la Revolución Agrícola. Además, la polarización global es un fenómeno que contribuye al mantenimiento del 'status quo', en el que los países ricos se benefician del sistema económico global en detrimento de los países pobres.
El Banco Mundial publicó un informe sobre pobreza y equidad en Brasil, destacando la importancia de las inversiones en infraestructura y el acceso a activos productivos para conectar y proteger mejor a las poblaciones vulnerables, de modo que Brasil pueda avanzar hacia un crecimiento inclusivo y resiliente (a prueba de crisis, adversidades y desgracias).
En resumen, el desarrollo tecnológico es sólo uno de los muchos factores que afectan la desigualdad entre países ricos y pobres, y es importante considerar una amplia gama de factores para comprender la complejidad de este tema.
Sin embargo, para dar una respuesta breve a esta pregunta, diría que sí, el desarrollo tecnológico puede sellar el dominio de los países ricos sobre los pobres, pero no necesariamente.
Para dar una respuesta larga, diría que el desarrollo tecnológico puede proporcionar a los países ricos una serie de ventajas sobre los países pobres, entre ellas:
1. Acceso a nuevas tecnologías: Los países ricos generalmente tienen más recursos para invertir en investigación y desarrollo, lo que les permite acceder a nuevas tecnologías antes que los países pobres. Esto puede dar a los países ricos una ventaja competitiva en una variedad de sectores, incluidos la economía, la defensa y la seguridad.
2. Control sobre las tecnologías: Los países ricos también pueden utilizar su riqueza e influencia para controlar el desarrollo y la difusión de tecnologías. Esto puede darles un monopolio sobre ciertas tecnologías o permitirles usarlas para manipular a los países pobres.
3. Uso de tecnologías con fines militaristas: Los países ricos pueden usar tecnologías para desarrollar armas y sistemas de vigilancia, que pueden usarse para controlar u oprimir a los países pobres.
Estas ventajas podrían conducir a una brecha cada vez mayor entre los países ricos y pobres. Los países ricos pueden volverse aún más ricos y más poderosos, mientras que los países pobres pueden volverse aún más pobres y vulnerables.
Sin embargo, es importante recordar que el desarrollo tecnológico también puede utilizarse para promover la igualdad y el desarrollo sostenible. Los países pobres pueden utilizar tecnologías para mejorar la productividad, la educación y la salud de sus poblaciones. También pueden utilizar tecnologías para promover la cooperación y la solidaridad entre países.
En última instancia, el impacto del desarrollo tecnológico en el dominio de los países ricos sobre los pobres dependerá de una serie de factores, incluidas las políticas y prioridades gubernamentales, el papel de las empresas y la participación de la sociedad civil.
He aquí algunas medidas que se pueden tomar para reducir el riesgo de que el desarrollo tecnológico selle el dominio de los países ricos sobre los pobres:
1. Inversión en investigación y desarrollo en los países pobres: Esto ayudaría a los países pobres a acceder a nuevas tecnologías y desarrollar sus propias capacidades tecnológicas.
2. Promover el acceso abierto a las tecnologías: Esto permitiría a los países pobres utilizar tecnologías sin pagar regalías ni derechos de licencia.
3. Regulación del uso de tecnologías con fines militaristas: Esto ayudaría a prevenir el uso de tecnologías para oprimir o controlar a los países pobres.
4. Promover la cooperación internacional en tecnología: Esto ayudaría a compartir conocimientos y tecnologías entre países ricos y pobres.
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