Estoy sentado un parque junto a mi perro, observó a la gente mientras descansa, nadie presta atención, solo siguen caminando, corre un viento refrescante que contrarresta al calor que hay el día hoy. Siento que todo se ve pasar en cámara lenta, no hay una diferencia entre tiempo y espacio, me siento en compañía aunque solo, una encrucijada.
Recuerdo ese momento, las lagrimas me brotan sin razón aparente, me percato de eso porque siento que se deslizan gotas heladas por mi faz, levanto mi mirada y veo gente que no se percate de nada solo mi perro se acerca y me da besos de consuelo. A lo lejos se oye una canción que me recuerda ese momento.
Llego a mi hogar, no me importa nada, solo cuido que a mi perro no le falte nada, vuelvo a salir sin darme cuenta que estoy haciendo, pienso y no encuentro el porque de la negativa de la vida de permitir ese momento (nunca se sabe que pasa al otro lado del dolor), era tan feliz cuando no amaba, en realidad duele y duele más recuerdo ese momento.
Ese momento no me deja pensar, ese momento no me deja vivir, ese momento no me permite ser quien soy.
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