No perdamos el contacto con la Madre Naturaleza
Jober Rocha
Nosotros, los seres humanos, somos una de las especies vivas que florecen en este pequeño planeta perdido en la inmensidad del espacio cósmico infinito.
Nuestro planeta, como una madre amorosa, nos suministra, desde nuestro nacimiento, todo lo que necesitamos para crecer y multiplicarnos.
Y así seguimos nuestro destino como seres humanos, tratando de cumplir nuestra misión terrenal de la mejor manera posible, incluso sin saber cuál sería.
A lo largo de nuestra existencia frecuentamos playas; caminamos por bosques y campos; nos sumergimos en ríos, lagos y estanques; probamos frutas, verduras y hierbas; comemos cereales y carne de animales; En otras palabras, siempre estamos en estrecho contacto con el entorno que nos rodea, acercándonos así a la Madre Naturaleza.
Ella, como todas las madres, nos cuida y protege mientras estamos a su lado.
Sin embargo, cuando nos alejamos de ella, ella, que está tan ocupada, se va a cuidar de sus otros hijos, como hacen todas las madres.
Muchos de nosotros, a medida que nos hacemos mayores, ya no salimos de casa. Como resultado, ya no mantenemos ese antiguo contacto que siempre tuvimos con la Madre Naturaleza. Ella, a su vez, cuando ya no nos vea, dedicará su precioso tiempo a sus otros hijos, que hoy, sólo entre los seres humanos, suman unos ocho mil millones.
Sin la antigua protección que nos aseguraba, aumenta la posibilidad de que suframos alguna desgracia. Cuando nos alejamos de la Naturaleza, ella también se aleja de nosotros.
Incluso cuando estamos enfermos, debemos tomar el sol y admirar la estrella que sale y se pone. Contemplar el cielo estrellado por la noche, caminar descalzo por el suelo, admirar y tocar las plantas, sostener y acariciar a un animal.
Mientras hacemos todo esto, asegurémonos de que la Madre Naturaleza nos reconocerá nuevamente como su viejo hijo, a través de los contactos que hemos tenido con estos otros hijos suyos. Sabiendo que, como hijos pródigos, volvemos al antiguo hogar, ella nos volverá a tomar en sus brazos, nos pondrá nuevamente bajo su protección y viviremos juntos por mucho tiempo. Existe una conexión esotérica entre todos los seres vivos nacidos en este planeta y el planeta mismo. Todos somos parte de la Naturaleza y fuimos creados por el mismo Ser.
Hay, además, algunas otras razones secundarias, ligadas al motivo principal mencionado, por las que nunca debemos perder el contacto con la naturaleza. Éstos son algunos de ellos:
Salud física y mental: La naturaleza tiene efectos positivos sobre la salud física y mental. Los estudios demuestran que el contacto con la naturaleza puede reducir el estrés, mejorar el estado de ánimo, aumentar la inmunidad e incluso reducir el riesgo de enfermedades cardíacas y depresión.
Educación y aprendizaje: La naturaleza puede ser una fuente de educación y aprendizaje. Puede enseñarnos sobre el mundo natural, sobre nosotros mismos y sobre nuestras relaciones con el mundo que nos rodea.
Conexión: La naturaleza puede ayudarnos a conectarnos con algo más grande que nosotros mismos. Puede darnos una sensación de propósito y significado.
Estética: La naturaleza es simplemente hermosa. Puede traernos placer y alegría.
Estos son algunos ejemplos concretos de cómo el contacto con la naturaleza puede beneficiarnos:
Un estudio encontró que las personas que caminaban en un parque durante 30 minutos al día tenían niveles más bajos de cortisol, la hormona del estrés.
Otro estudio encontró que los niños que juegan en la naturaleza tienen mayor concentración y autocontrol que los niños que juegan en el interior.
Un tercer estudio encontró que las personas que viven cerca de áreas verdes tienen un menor riesgo de mortalidad por todas las causas.
En un mundo cada vez más urbanizado, es importante hacer un esfuerzo por mantener el contacto con la naturaleza. Podemos hacerlo visitando parques, bosques o playas, o incluso simplemente dando un paseo o paseando. Cualquier cantidad de tiempo que pasemos en la naturaleza puede marcar una diferencia positiva en nuestras vidas.
Para mantenerse en contacto con la naturaleza, aquí hay algunas sugerencias:
Pase tiempo al aire libre todos los días, aunque sea sólo por unos minutos. Encuentre actividades que disfrute haciendo en la naturaleza, como caminatas, campamentos, pesca o jardinería. Visita parques, bosques o playas con frecuencia. Adoptar prácticas sustentables que ayuden a proteger el medio ambiente y vivir felices, por muchos años, protegidos por nuestra querida madre.
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