¿Es el hombre la medida de todas las cosas?
Jober Rocha
La frase 'El hombre es la medida de todas las cosas, de las que son mientras son y de las que no son mientras no son' es una de las más famosas de la filosofía occidental. Fue pronunciada por el sofista griego Protágoras, que vivió en el siglo V a.C., y expresa su visión relativista de la verdad. Protágoras era un sofista; es decir, formó parte de un grupo de filósofos que se centraban en la retórica y la persuasión para convencer a la gente.
El relativismo es la idea de que la verdad es relativa al individuo o grupo que la afirma. Para Protágoras la verdad no era una propiedad objetiva de las cosas, sino una construcción humana. Según él, lo que es cierto para una persona puede no serlo para otra, y lo que es cierto hoy puede no serlo mañana. Así, cada persona es la medida de su propia realidad.
La frase antes mencionada es una declaración poderosa que tiene profundas implicaciones para la filosofía, la ciencia y la sociedad. Nos desafía a pensar en la naturaleza de la verdad y la moral.
Así, la sentencia puede interpretarse de dos maneras:
La primera parte de la frase, ‘El hombre es la medida de todas las cosas’, traduce un sentido epistemológico y significa que lo que es cierto para una persona puede no serlo para otra.
En un sentido epistemológico, significa que el conocimiento es subjetivo. Lo que una persona sabe es cierto para ella, pero puede no serlo para otra. No existe una verdad universal que sea válida para todos.
La segunda parte de la frase, ‘de las que son mientras son y de las que no son mientras no son’, traduce un significado ético y significa que la verdad es relativa al momento en que se percibe. En otras palabras, la verdad es relativa al tiempo y al lugar. Lo que es cierto hoy puede no serlo mañana. Lo que es cierto aquí puede no serlo en otros lugares.
En un sentido ético, significa que la moralidad es relativa. Lo que es correcto para una persona puede no serlo para otra. No existe una moral universal que sea válida para todos.
Analizando la frase, vemos que, según la interpretación epistemológica, la verdad no es una propiedad objetiva de las cosas, sino una construcción humana. Esta interpretación se puede ilustrar con el siguiente ejemplo:
Para una persona, el color de la hierba es el verde. Para otra persona, el color de la hierba es azul. En ambos casos, las personas afirman algo que creen que es verdad. Sin embargo, las dos afirmaciones son contradictorias. Si el color de la hierba es verde, entonces no puede ser azul.
La interpretación epistemológica del relativismo de Protágoras puede considerarse radical, ya que niega la existencia de una verdad universal. Sin embargo, también es consistente con el pluralismo cultural que existe en el mundo. En diferentes culturas, las personas tienen diferentes creencias y valores. Esto sugiere que la verdad no es una propiedad objetiva de las cosas, sino una construcción humana.
La misma frase del filósofo, según la interpretación ética, significa que la moralidad es relativa. Esto significa que lo que es correcto para una persona puede no serlo para otra. Por tanto, no existe una moral universal que sea válida para todos. Esta interpretación, a su vez, puede ilustrarse con el siguiente ejemplo:
Para una persona, el aborto es moralmente incorrecto. Para otros, el aborto es moralmente correcto. En ambos casos, las personas afirman algo que creen correcto. Sin embargo, las dos afirmaciones son contradictorias. Si el aborto es moralmente incorrecto, entonces no puede ser moralmente correcto.
La frase de Protágoras, como vemos, sigue vigente hoy en día, pues siempre nos recuerda que la verdad es compleja y que debemos estar abiertos a diferentes perspectivas.
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