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LOS ASESINOS DE LELE PONS
Lele Pons es una celebridad de Internet, además de cantante, modelo, humorista, presentadora y youtuber. Venezolana radicada en los Estados Unidos desde los cinco años, nació el 25 de junio de 1996, un día antes de que en Argentina, River Plate ganará la Copa Libertadores y un día después de que un chico rosarino llamado Lionel Andrés Messi cumpliera nueve años.
Se hizo conocida a través de la extinta plataforma de videos Vine, donde con sus sketches de comedia se convirtió en la primera persona en alcanzar los mil millones de reproducciones. En 2015, fue considerada dentro de los treinta «adolescentes más influyentes» por la revista Time y en 2016, entre las treinta «personas más influyentes de internet» por la misma revista, además fue galardonada en la categoría internacional de los Premios Streamy.
En fin, lo que se dice, una estrella de nuestro tiempo. Además como dato anecdotico, señalamos también que es sobrina de la exreina de belleza y finalista del Miss Venezuela 1988 Marilisa Maronese y a su vez familia y sobrina política del cantante puertorriqueño Chayanne por el matrimonio entre ambos.
Lele Pons comenzó a tener una obsesión: grabar un video en Youtube donde tuviera la misma apariencia que en 2015, sí, quería regresar a la época en que tenía dieciocho años, no en forma temporal, sino en su apariencia física, y además hacer una gran imitación de la colombiana Shakira. Para ello estaba dispuesta a pagar una fortuna y una tarde, en un edificio de Miami, una anciana, con acento rumano, empleada de la limpieza, le dijo:
“Yo cunosc conque poate ayuda, fatá” le dijo en una mezcla de rumano y castellano “pero es un hechizo muy complejo, por lo pronto, debes adquirir un Queso muy grande, muy grande, ponerlo sobre la mesa, y decir bien fuerte el nombre CARLOS, y repetir una y otra vez, el nombre CARLOS, CARLOS, CARLOS, como una mantra, hazlo, y tendrás otra vez dieciocho años otra vez, en forma temporal, pero el tiempo suficiente para que puedas hacer esos videíllos, hazlo” le dijo la rumana.
Lele no podía creerlo que todo fuera tan fácil, y así se dirigió a una conocida casa de compras on line y con solo apretar un dedo y poner el número de su tarjeta de crédito pudo adquirir un enorme Queso, Queso que puso sobre una mesa, y así comenzó a decir como una mantra:
“Carlos, Carlos, Carlos, Carlos, Carlos” y siguió repitiendo “Carlos, Carlos, Carlos, Carlos” pero no pasaba nada, no volvía a tener el aspecto de cuando tenía dieciocho años ni a palos, si se veía joven y rozagante, pero no el aspecto de sus dieciocho años.
“Esa anciana me ha estafado” dijo Lele y así se lo retruco cuando vio a la anciana “Usted es una ladrona y estafadora, nada ha pasado, y encima tengo ese Queso, yo que odio el Queso porque engorda y es veneno puro, usted es una farsante y una embustera”.
Presa de la furia y de la ira, Lele Pons le pegó un cachetazo a la anciana rumana.
“Oh, no” exclamó la anciana “Le has pegado a Lady Dumitrescu, ahora sí conocerás el QUESO, Wingardium Leviosa, Expectrum Patronum, Expelliarmus, Accio, Imperium, Crucio, Avada Kedavra”
Y de repente, Lele Pons se hallaba en una habitación, semi desnuda, rodeada de Quesos, montones de Quesos, aterrorizada, comenzó a exclamar, gritando en forma desesperada:
“Oh, estoy atrapada en una prisión de Quesos” gritó “Ayudenme a salir de aca” y empezó a correr, pero estaba como en un laberinto y solo había Quesos por todos lados. No podía salir y corrió como una gacela, pero la velocidad era tal, que se tropezó y quedó en el piso.
Lele levantó la vista y vio que alrededor de ella había ocho enormes pies de hombres, pies grandes y olorosos, y vio que eran de cuatro hombres, que se presentaron uno a uno ante la venezolana.
- Carlos Sainz Vazquez de Castro, corredor de Fórmula 1, piloto de Ferrari – se presentó uno de los hombres – puedes llamarme Carletes.
- Carlos Alcaraz, tenista español, campeón de los Grand Slam – se presentó otro de los hombres – o simplemente Carlitos para los amigos.
- Carlos Torres, artista colombiano, actor de “Charly Flow” – dijo el tercero de los cuatro – o sea que puedes llamarme Charly.
- Je suis Charles Leclerc, pilote de Formule 1, pilote Ferrari – dijo el cuarto con acento francés – I am the Prince o Lord Percival, o the King Charles, o le roi Charles.
- ¡Han venido a liberarme, a sacarme de este laberinto de Quesos! – exclamó Lele Pons.
- A eso hemos venido, pero la liberación tiene un precio – dijo Carlos Alcaraz, el tenista, que parecía ser el líder del grupo.
- Estoy dispuesta a pagar ese precio – dijo Lele Pons – sacanme de aca.
- Chupanos los pies entonces, nena – le dijo Carlos Torres, el de Charly Flow, con cierto aires cancheros.
Lele no podía creer aquello pero eso fue lo que hizo, y quedó en el piso, arrastrándose como un gato o un perro, como una esclava sumisa que obedece a sus amos, sacándole los zapatos y las zapatillas, a los cuatro Carlos, a mejor dicho a Carletes, a Carlitos, a Charly, y a Charles, luego las medias y los calcetines, hasta que quedaron descalzos, los cuatro olían a Queso en forma apestante y apestosa, y Lele se sentía como una rata o una ratona saboreando el Queso, y así les chupó, lamió, besó y olió los pies, con cierto asco al principio, resignación después, la resignación fue tomando cierto encanto y al final hasta la propia Lele se sentía sorprendida de disfrutar con cierto extasis y placer el Queso, o mejor dicho los Quesos, de Carlos Sainz Vázquez de Castro, de Carlos Alcaraz, de Carlos Torres y de Charles Leclerc, y así comenzó a repetir:
“Carlos, Carlitos, Carletes, Carlín, Carlón, Charles, Charlie, Charly, os quiero, os amo”
Lele se sentía satisfecha, creía haber superado la prueba…
“Ya esta, olí sus Quesos, Carletes, Carlitos, Charly y Charles, supere la prueba, libérenme” dijo la venezolana.
“Eso lo decidirá Lady Dumitrescu” dijo con su acento murciano el gran tenista Carlitos Alcaraz.
Se prendió una pantalla y apareció Lady Dumitrescu.
“Has ganado, pero aún no eres libre, niña, ahora haré un hechizo muy poderoso, tendrás cuatro cuerpos, y así tres Carlos y el Charles te cogerán, y tendrán sexo contigo, ja, ja, ja”
Lele no lo podía creer, aunque después de haber olido los Quesos sentía que eso más que un castigo, era un premio, y así escuchó otra vez los maleficios de la rumana.
“Wingardium Leviosa, Expectrum Patronum, Expelliarmus, Accio, Imperium, Crucio, Avada Kedavra” dijo Dumitrescu.
Y de repente, Lele quedó convertida en cuatro Leles, y cada una de ellas entró a un cuarto diferente a tener sexo con los tres Carlos y el Charles.
Sexo, lujuria, placer total, fue lo que se vivió a continuación…
En el cuarto rojo, al ritmo de unos pasodobles, Lele 1 tuvo sexo desenfrenado con Carlos Sainz Vázquez de Castro, le chupó la pija al español, y este le chupó las tetas y el culo, la cogida fue espectacular, adentro de un carro de Fórmula 1, de Ferrari, que se movía como en las curvas de Montecarlo.
En el cuarto azul, al ritmo de una coplas sevillanas, Lele 2 cogió con Carlos Alcaraz, el tenista era muy precoz y le gustaba hacer las cosas en forma rápida, como si de liquidar un partido de Grand Slam se tratara, en Wimbledon o Roland Garros, así la desnudó como una fiera y la cogió como un león en cero, entre sets, puntos y dobles.
En el cuarto amarillo, el colombiano Carlos Torres, el de Charly Flow, cogió con Lele 3, al ritmo de unos vallenatos de Carlos Vives, fue un sexo muy diferente a los otros, este fue más suave, delicado, como rodeado de romanticismo y hasta cierta espiritualidad erótica, Charly le quería dar un placer erótico lento y suave, y lo consiguió en forma muy placentera.
Por último, en el cuarto blanco, cogió Lele 4 con el piloto monegasco Charles Marc Hervé Perceval Leclerc, al ritmo de una música pop francesa de los 60, como Sacha Distel, Maurice Chevallier, Hervé Vilard, Charles Trenet y Charles Aznavour.
“Mais je suis monégasque, je ne suis pas français” dijo Charles (pero yo soy monegasco, no soy francés)
“Pero hablás francés, niño, por eso la música francesa esta bien” le contestó Lele 4.
Y tras eso, tuvieron sexo, bailando aquellas canciones francesas, Charles fue un poco violento con Lele 4, dado que la mojó en champagne, como si fuese un gran premio de la categoría, le dio alguna patadas, y después la cogió por adelante y también por atrás…
Las cuatro Leles quedaron plenas de extasis tras el sexo, y las cuatro al unísono dijeron:
“Ya conocimos el placer y el sexo con Carlos Sainz, Carlos Alcaraz, Carlos Torres y Charles Leclerc, hemos ganado, hemos vencido, queremos volver a ser una y que nos liberen, te hemos derrotado, Lady Dumitrescu”
“Ja, ja, ja” río la rumana y contestó “Si te he dividido en cuatro partes no fue para que disfrutaras solamente el placer sexual, dígamos que esto fue como un premio a una condenada a muerte, porque si te dividí en cuatro, es para que seas asesinada cuatro veces, ja, ja, ja, ja”.
“¡Noooooooooooooooooooooooo!” gritaron presas de terror las cuatro Leles.
Y así, en el cuarto blanco, Carlos Sainz Vazquez de Castro tomó un puñal y se tiró encima de Lele 1. La apuñaló en forma salvaje, y al terminar, tomó un enorme Queso.
- Queso – dijo Carlos Sainz Vazquez de Castro tirando el Queso sobre su víctima.
En el cuarto azul, el tenista español Carlos Alcaraz agarró una enorme espada y grito “Queso” bien fuerte y al hacerlo, la cortó en dos a Lele 2. Al terminar, agarró un enorme Queso.
- Queso – dijo Carlos Alcaraz tirando el Queso sobre su víctima.
En el cuarto amarillo, Carlos Torres (aka Charly Flow) agarró un puñal tipo sais, y se lo clavó en el cuello a Lele 3, luego agarró el Queso, un Queso gigantesco.
- Queso – dijo Carlos Torres tirando el Queso sobre su víctima.
En el cuarto blanco, Charles Leclerc, tomó un hacha, lo blandió, y asesinó a hachazos, de una manera salvaje, cortándola en varios pedazos, a Lele 4. Y luego Charles agarró el Queso, otro Queso de colosal tamaño.
- Fromage (Queso) – dijo Charles Leclerc tirando el Queso sobre su víctima.
“Ahora la sangre de este Lele me pertenece y con eso volveré y rejuveneceré, ¿Me extrañaban?” dijo Lady Dumitrescu “He vuelto, ja, ja, ja”.
Los cuatro asesinos vitorearon a Dumitrescu y comieron un Queso en su homenaje, y lo festejaron como si de una carrera de F1, un Grand Slam o una novela exitosa se tratara.
Y así termina nuestra historia, la del asesinato de Lele Pons, o la del regreso de Lady Dumitrescu, como vosotros gustéis.

Texto agregado el 17-11-2023, y leído por 74 visitantes. (0 votos)


Lectores Opinan
18-11-2023 El cuento comenzó bien, pero me perdí con la cantidad de "celebridades" que para mí, con excepción del inevitable Messi, son totalmente desconocidas. Me aburrí de leer nombres que, como dicen en Argentina, ni al pedo. No sé, vivo en un mundo paralelo al tuyo, donde mis celebridades tienen otros nombres. Por ejemplo, esa Lele Pons: para mí pasó totalmente desapercibida en el 2015 y apenas hoy, con tu cuento derretido como queso a la plancha, supe de su existencia. goldberg
 
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