Eran las doce y cinco, ella estaba loca, desesperada, no entendia de razones, tomo una mandarria, y golpeo la puerta de su cuarto que tambien era el de su marido, el estaba adentro, golpeo y golpeo, hasta tumbar la puerta, llevaba un cuchillo en su cintura ademas de la mandarria en sus manos, solto lo que tenia en las manos, saco el cuchillo y acesto la puñalada en su hombro, el corrio, y ella clavo el filo de la hoja en su espalda, el voltio y ella desesperada llorando y desrazonada, hundio el arma filosa en su corazon, el cayo, agonizaba, miraba al techo con mirada brillosa, partia de este mundo, partio de este mundo.
Sus hijas al frente, dos niñas de siete y de cuatro, lloraban confundidas, no decian nada, no dijeron nada, solo lloraron.
Ella, fue presa, 25 años de carcel. Todos decian, que siempre fue agresiva, que maltrataba a su esposo, que el la amaba, la adoraba y la idolatraba y lo hacia siempre delante de todos, quedamos convencidos los que los conociamos, que ella era una loca, obstinada que maltrataba al esposo, y en una de esas lo mato.
Diez años han pasados, ya las niñas no son niñas, una tiene diecisiete la otra catorce, ya hablan, pero aun lloran, y peor aun, recuerdan como si hubiese sido ayer.
Y cuentan de un Hombre que vivio con ellas y que murio, dicen que todos eran felices cuando estaban con la gente, pero dentro de su casa, solo habia de parte de èl maltratos, vejacciones, insultos y menosprecios, gritos, golpes, y desprecios, dia a dia, noche a noche, en el trabajo, en la casa, en el carro, pero solo a solas, solo ellas lo sabian, solo ellas lo entendian, ellas no lamentan la muerte de su Padre, solo extrañan a su Madre.
Hammurabi
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