Religiones versus Masonería
Jober Rocha

La reciente nota difundida por la Iglesia Católica, a través del Dicasterio para la Doctrina de la Fe, de fecha 13 de noviembre de 2023, firmada por el alcalde Víctor Fernández y con la aprobación del Papa Francisco, reitera que la afiliación activa de un miembro de la Iglesia a La masonería está prohibida, debido a la oposición irreconciliable entre la doctrina católica y la masonería, se ha intensificado el espíritu entre ambas. Esta notificación, en respuesta a la solicitud de un clérigo filipino, el obispo Dom Julito Cortés, está alineada, en contenido, con la Declaración de 1983 de la Congregación para la Doctrina de la Fe y las mismas Directrices publicadas por la Conferencia Episcopal en 2003.
¿Pero cuál es el motivo de esta animosidad? ¿Otras religiones piensan igual que los católicos? ¿Qué hay detrás de esta posición de la iglesia?
La masonería, hasta donde sabemos, es una organización fraternal y filosófica que existe desde hace siglos. Se basa en los principios de libertad, igualdad y fraternidad, y busca promover la moral, la ética y el progreso social.
La posición de las religiones hacia la masonería ha estado marcada, a lo largo de la historia, por la desconfianza y la oposición. Esto se debe a que la masonería es una organización secreta, con rituales y símbolos que a menudo se interpretan como esotéricos o incluso heréticos.
La Iglesia católica, por ejemplo, prohíbe a sus fieles incorporarse a la masonería. Esto se debe a que la Iglesia considera a la masonería una organización anticristiana, que promueve la libertad de pensamiento y la tolerancia religiosa, valores que se consideran contrarios a la doctrina católica. Históricamente, la Iglesia católica siempre ha sido crítica con la masonería, especialmente debido al carácter secreto de la Orden y a la ausencia de una creencia específica en Jesús.
En este caso particular, me parece más bien una disputa por las mentes de los fieles en el sentido de que no pueden servir a dos señores; como se afirma en Mateo 6:24, porque el creyente o aborrecerá al uno y amará al otro, o se dedicará al uno y despreciará al otro.
Otras religiones, como el islam y el judaísmo, también tienen una postura negativa hacia la masonería. Estas religiones consideran a la masonería una organización que atenta contra sus valores y principios. Resulta que ambos hablan mucho de infieles y herejes, que serían aquellos que no comparten estas religiones. Lo que se ve comúnmente entre las religiones que alaban, honran y veneran al Creador es que algunas son enemigas de otras en lugar de amigas y compañeras que trabajan por el mismo fin. Cada uno se considera el verdadero representante del Creador en el planeta Tierra, siendo los demás simplemente falsos representantes.
Sin embargo, también hay religiones que tienen una postura más tolerante hacia la masonería. Por ejemplo, la Iglesia Anglicana y la Iglesia Presbiteriana permiten que sus fieles se unan a la masonería, siempre que respeten los principios de su religión.
En Brasil, la posición de las religiones en relación a la masonería también es variada. La Iglesia católica, por ejemplo, mantiene la prohibición de que sus fieles se unan a la masonería. Sin embargo, otras religiones, como las evangélicas, tienen una postura más tolerante.
En general, las iglesias protestantes no tienen una posición oficial contra la masonería. Muchos de ellos lo consideran una religión.
La masonería, por su parte, afirma que no es una religión, sino una organización fraternal que promueve valores universales, como la libertad, la igualdad y la fraternidad. La masonería también afirma que respeta los principios de todas las religiones.
Aún así, sigue existiendo la desconfianza y la oposición de las religiones hacia la masonería. Esto se debe a que la masonería es una organización compleja, con una historia y una simbología que a menudo se malinterpretan. La Masonería, como se sabe, participó en importantes acontecimientos históricos que cambiaron la Historia de la Humanidad, como la Revolución Francesa, cuyo lema Libertad, Igualdad, Fraternidad pertenecía a la Masonería mucho más antigua.
En Brasil, D. Pedro I (1798 – 1834) se convirtió en Gran Maestre de la Masonería, entidad que, curiosamente, jugó un papel importante en la Proclamación de la República.
Varios historiadores brasileños afirman en sus libros que Tiradentes (1746 – 1792), el mártir de la Inconfidência, en realidad no fue ahorcado. En su lugar murió otro personaje, un alcohólico en prisión y físicamente parecido a Tiradentes. Joaquim José da Silva Xavier, conocido como Tiradentes, habría sido liberado por los masones brasileños y portugueses, ya que también era masón, y deportado a Angola, en el continente africano.
Algunos masones, pastores evangélicos y sacerdotes católicos, sin embargo, expresan opiniones negativas sobre la masonería, considerándola incompatible con la fe. Otros masones, pastores y sacerdotes, a su vez, ven la masonería como una institución que respeta todas las creencias religiosas y promueve los valores universales. Para ellos, la masonería no es una religión, sino una búsqueda de conocimientos y virtudes, además de promover la filantropía.
La masonería es, por tanto, una institución compleja y multifacética con diferentes perspectivas e interpretaciones, sin un sistema único de gobierno global. Cada Gran Oriente o Gran Logia es autónoma e independiente dentro de su jurisdicción. Algunos adoptan un sistema unitario, mientras que otros siguen un sistema federativo.
La masonería declara oficialmente que no es una religión, sino una fraternidad que promueve los valores éticos, la filosofía y la superación personal.
En un momento en que el mundo libra guerras políticas, ideológicas y de poder, la Iglesia católica debería trabajar para unir a las personas en torno a una idea de paz y fraternidad. Trabajar en este momento por la desunión, la desintegración y la animosidad entre las personas no me parece un acto digno de una institución que pretende representar y hablar en nombre del Creador de todas las cosas.