Se borraron las palabras que eran un mundo, desapareció ese mundo dando crujidos de dolor. Amaneció y el muro sigue ahí, envuelto en el silencio de su tiempo. Se apagaron las voces que tejian una historia, se apagaron sin violencia, como las sombras acariciadas por la luz. Quedaron los días testigos de la terquedad de las estrellas iluminando memorias de piedra.
Texto agregado el 14-11-2023, y leído por 58 visitantes. (2 votos)